Filosofando

Cuando no tienes algo es cuando lo quieres

A todos nos ha pasado, chicos, intermedios y grandes, todos hemos sido presas del sentimiento infantil de desear con muchas fuerzas y anhelo algo que no tenemos, y es más fuerte el sentimiento, es más infantil y es más necio cuando eso que se desea se tuvo alguna vez en la vida y luego se deshecho como si fuera nada, para después descubrir que sí deseas ese objeto, porque cuando no lo tienes es cuando lo deseas aún más.

Bien, seguro se pensará que eso es cosa de niños, ya sabes, cuando tienen un juguete viejo, que les desagrada, les molesta, les parece repugnante y la idea de tener a ese juguete una vez más en sus manos, es muy fastidiosa, además, teniendo otras alternativas y juguetes nuevos o mejores, hacen que ese pedazo de plástico sea algo inservible.

Pero, si alguien más se pone a jugar con el juguete en cuestión de forma muy divertida, o si a la mamá se le ocurre regalar ese juguete a otra persona, ese mismo niño que odiaba con todo su ser ese viejo juguete, al verlo con otra persona mientras se divierte y se emociona con ese objeto que dejo de ser inservible, en ese momento es cuando el niño desea con muchas ganas volver a poseerlo, porque ha descubierto el valor emocional que tenía con él, porque redescubrió las ganas y pasión que tenía por divertirse con ese juguete, justo cuando otra persona lo tiene.

Lo mismo sucede con los perros, y cuando un perro decide prestar atención a un objeto que nadie más en la manada quería usar, es cuando los demás se dan cuenta de la enorme necesidad que tienen por tener ese mismo objeto y hasta pelean por él.

Así nos pasa a todos, sin importar especie, edad o madurez mental, y en el momento que algo que era nuestro, pasa a ser posesión de otra persona, volvemos a desear con mucha intensidad tener ese algo perdido.

Los especialistas en la mente aseguran que esta en nuestra naturaleza y el valor que le asignamos a las cosas, es únicamente cuando no están en nuestro alcance, porque en el momento en el que poseemos a algo o alguien, el deseo y el valor se extinguen, pero cuando ese objeto no está a nuestro alcance, vuelve a reavivarse.

Lo dijeron los filósofos griegos hace mucho tiempo y está en la naturaleza humana desearse lo que no se tiene, aburrirse cuando se obtiene para luego desecharse y nuevamente volver a desearse, en un círculo vicioso interminable de deseo y aburrimiento continuo.

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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