Te cuento para platicar, no para que me regañes o me juzgues
Bien, yo sé, que muchas de las cosas que hace una persona, o, mejor dicho, las cosas que hacemos cuando reaccionamos a una situación, pueden ser siempre decisiones sujetas a críticas, esto sucede porque cuando reaccionamos por miedo, temor, angustia, estrés o el sentimiento que sea, cuando reaccionamos usualmente lo hacemos sin pensar ni meditar nada, digo, por algo se dice reacción, y es nuestro sentido de la supervivencia, bueno, muchas veces es más el sentido del orgullo, pero un sentido muy metido en nuestras tripas nos dice:
Reaccione de la peor manera posible haciendo el mayor escándalo del mundo afectando a todo quien este a tu paso.
No sé porque pasa eso, no sé porque actuamos de esa manera, pero, cuando algo nos afecta emocionalmente nuestra forma de reaccionar siempre es con una defensiva loca y absurda de ataque.
Solo piensa la última vez que tuviste una confrontación inesperada, sí, aquella vez cuando alguien en la oficina se burló de ti o comenzó un rumor malicioso, no es que uno quiera de repente volverse loco y destruir el lugar con acciones o palabras, pero, a veces las formas en las que reaccionamos a esas situaciones que están fuera de nuestro control o son inesperadas, nos hace actuar como locos.
Supongo que esa es, la mayor característica humana, que siempre nos tomamos las cosas a pecho, personales y reaccionamos con intensidad debido a esas causas; pero este post no es para analizar porque lo hacemos, sino lo que viene después y cómo vamos por el mundo lamiéndonos las heridas, asimilando los destrozos que hicimos, así como las repercusiones que puede tener o no esa reacción para comentarla con alguien de confianza, alguien que nos pueda reconfortar y bueno, si es necesario, que esa persona sea lo suficientemente sabia para poder explicarnos las repercusiones de nuestros actos y por qué pueden afectarnos de formas que nos generen más problemas.
Eso es lo que uno busca después de una tormenta loca de acciones y reacciones:
Compresión para apoyarte o sabiduría para ayudarte
Sí, eso es lo único que se busca, y no es que busques un palero, pero, usualmente la respuesta que se obtiene cuando estas vulnerable o en ese estado de reacción es críticas o reproches, cuando, hello, te cuento para platicar, no para que me regañes o me juzgues.
Aquí aplica como el meme que dice “le conté algo gracioso que hice a mi mamá y termino regañándome”, pero ¿por qué?, acaso todos los amigos cuando acudimos a ellos para un momento de soporte emocional, la única reacción es entrar en modo mamá y regañarte o juzgarte, ¿eso es lo único que se puede esperar?
Tal vez aquí la moraleja sea nunca contar nada, y aprender a lidiar tú con tus emociones, y pensar, repensar lo que hiciste, aunque no creo que esa nunca jamas sea la loca conclusión de nada, y más bien todo nos regresa al principio básico de:
Te cuento para platicar, no para que me regañes o me juzgues
Creo que, como conclusión podríamos decir, cuando pasamos por una situación que nos hace reaccionar, de forma adecuada o incorrecta, es parte fundamental del desarrollo humano compartirla con alguien que te escuche, pero, no sé hace buscando un juicio de valor, o una reacción como de mamá furiosa, nooo, solo quieres que alguien te escuche, te comprenda, sienta empatía y tal vez pueda darte una visión objetiva que te haga reflexionar sobre tus acciones y solo eso.