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A la defensa del chale…

…y otros modismos del DF

Del chale, chido, wey, no manches, te cae, neta, charros, verde y demás añadidos, tengo que decir que a pesar del mito urbano existente de que solo son palabras pronunciadas por los más nacos, hay que aceptar que muchos de nosotros, MUCHOS, usamos este tipo de expresiones para expresar frustración, enojo, sorpresa, malestar, infortunio.

Ósea en que bizarro mundo esta bien visto, permitido e inclusive suena masculino decir:
“A huevo, eso está bien pinche chingón”

Y es una nacada sumamente vulgar decir:
“Chale estoy bien mensa”

Es como el mito existente de que las mujeres no dicen groserías y guardan el pudor, pero déjenme decirles que existen chicas, damas y mujeres de todos los niveles que se saben unas buenas palabras; este tipo de féminas se encuentran en todos los niveles económicos. Bien me acuerdo de Mariana directora creativa de una importante agencia publicitaria que era más grosera que la fregada, pero bien simpática la condenada, pues con tanta ocurrencia uno solo podía reír con ella.

Bien, para un mexicano radicado en el centro del país, inclusive el sur, conoce a la perfección el significado de todos estos modismos y puede usar una misma palabra para denotar millones de expresiones o sentimientos; no en balde fue publicado recientemente el Chingonario de María de Pilar Montes de Oca que retoma todos los significados y todos los sentimientos que expresa la palabra chingao y sus muchas derivaciones, en un estudio bastante amplio y muy simpático de la cultura defeña.

Pero en que tanto sentido o bajo que tanta lógica se puede afirmar que son palabras de manufactura defeña, más precisamente tepiteña y porque todos denigramos su uso reduciendo la gran genialidad de estas palabras a simples vulgaridades de las clases sociales más bajas.

Sería bastante difícil para una persona de habla hispana comprender el sentido de todas estas expresiones coloquiales que nos ideamos día a día. Pero así nos sucede a todos cuando visitamos y conocemos otras culturas que tienen al igual que nosotros muchos modismos; y tratar de explicarle a un forastero el significado de dichas genialidades a veces resulta un poco difícil.
Lo que más me sorprende a mí es la poca tolerancia de sintaxis, gramática y léxico que provoca decir en voz alta estas palabras, como si fuera una abominación, un increíble insulto a la inteligencia humana, pues, que la persona que pronuncia chale tiene roña mental o es de la barriada siendo indigno de respeto o atención.

Eso es lo más extraño, el fenómeno que causa usar o abusar de estas palabras, y más sorpréndete aun el efecto sicológico causado por oír estas palabras.

Definir este singular vocablo es algo difícil y mucho más aun el poder precisar su origen o la temporalidad de su creación, creo que seguirá siendo un misterio moderno de la jerga del DF poder atribuirle algún creador o por lo menos significado especifico; porque toda su significación depende en gran medida a la oración en la que fue pronunciada está polémica palabra.

Chale posee una gran variedad de connotaciones que ninguna otra palabra en el idioma español podrían definir de manera satisfactoria, en mi opinión creo que las palabras que más se acercarían a darnos una respuesta serían UJULES o CHIN dejando en la misma incógnita a los que no son de la cosmopolita ciudad de México, sin embargo, no hay que olvidar que el contexto define todo, o más bien dice todo sobre la infame expresión.

Los ejemplos más comunes, que claramente no dignifican el uso de la palabra serían:

  • Chale, estoy bien pendejo = Desafortunadamente me equivoque
  • Chale, me fue mal en el examen = Diantres, me fue mal en el examen
  • Chale contigo wey = Eres una persona muy vulgar
  • Chale ese pex esta cañón = El problema es bastante difícil de resolver
  • Chale, me regaño mi mamá = Que desgracia, me regaño mi mama
  • Voy a llegar bien tarde, CHALE = Voy a llegar bien tarde, maldición

De entre los más conservadores pueden denigrar el uso de este modismo sin equivalentes y precedentes, pero siendo honesta cualquier persona de cualquier nivel socioeconómico puede encontrar un delicioso placer culpable el decir chale, y es que no es necesario ser una persona vulgar, “naca” de bajos recursos o sin educación para hacer uso de la jerga urbana que llena las calles y las mentes de los capitalinos de palabras indignas, simplemente a veces son las palabras más ideales para expresarnos correctamente.

Nadie puede subestimar el poder de “ya valimos vertebra” o “no manches wey esto está chidísimo”

Navegando y tratando de encontrar el origen de esta polémica palabra descubrí un sitio web muy peculiar que nos define chale de la siguiente manera:

México
Onomatopéyico utilizado para expresar un sentimiento despectivo hacia una situación, objeto o persona.

Ejemplo : “¡Chale! me chingaron mi chela.
Traducción:
¡Qué mal! me robaron mi cerveza.”

Sinónimos : Chingao
Antónimos : A huevo

Porque en lo que respecta a la definición proporcionada por la Real Academia Española, creo que se queda corta y no expresa la multiplicidad de usos que damos los mexicanos a la palabra CHALE. Y por si todavía andas con ganas de conocer más acerca de la lengua nativa del DF y los modismos suburbanos que la siguen entra a la Frikipedia que este articulo esta buenísimo.

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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