Vivir de ilusiones
Si le preguntarán a un adulto moderno, hoy, si podría o quisiera vivir de ilusiones, ese adulto contestaría que no, digo, en la actualidad, todos juramos y afirmamos que preferimos vivir en la más cruel y absoluta verdad antes que estar ilusionados con una mentira.
Obvió todos décimos eso, porque idealmente buscamos lo real, tanto como una planta busca la luz del sol, pero en la práctica te das cuenta de que esa aseveración no es tan cierta y muchos encuentran un dulce consuelo en las dulces mentiras, en las ilusiones y ese mundo fantástico que se creyó de forma personal para evitar lidiar con la realidad o porque alguien más fabrico castillos de naipe para ti.
Lamentablemente, la solidez de esos lugares, es la misma que la de un castillo hecho con naipes y ante la menor corriente de aire, este se cae.
Y sabiendo que las ilusiones son efímeras y muy endebles, ¿por qué muchas personas deciden vivir en ellas?, mmmmm, buena pregunta y usaré un poco de mi experiencia pasada para concluir que a veces no solo es cómodo o conveniente creer, a veces uno cree cierto y real aquella ilusión. Al igual que las alucinaciones, uno no sabe que no son ciertas, así que como puedes culpar a una persona sedienta en un desierto, como se le puede culpar de tonta por ver un oasis lejanos inexistente, una fuente de bienestar, confort, placer y muchas otras cosas que van a satisfacer necesidades físicas y emocionales, ¿cómo culpar a esa persona de ver en medio de la nada aquello que busca desesperadamente?, ¿cómo?
Es difícil cuando uno mira en perspectiva ese oasis, o mejor dicho ese problema. Todos queremos evitar ser presas de esos engaños de la mente; sin embargo, a veces estamos atrapados en desiertos, de diferente tipo, pero estamos atrapados buscando con desesperación un pequeño paraíso que calme nuestra sed, a veces de amor, a veces de seguridad, de amistad o lo que sea; actualmente es muy fácil perderse en desiertos.
Y en esos desiertos encontramos ilusiones, pero bien, te imaginas que pasaría si no tuvieras en una situación así, un alucín, ¿te imaginas?
Lo que pasaría es que perderías la esperanza y te rendirías, qué curioso no, que las cosas irreales nos den esperanza. Bien, las ilusiones y los alucines no mantienen con pie, nos mantienen con una dirección, así que se podría decir que sí, si son útiles pero muy peligrosas, porque las ilusiones nos alejan de lo real, las ilusiones o espejismos podrán verse reales, pero nunca se sentirán de esa manera.
Eso es lo peligroso de vivir de ilusiones, porque te mantienen en una zona extraña entre estar despierto y dormido, las ilusiones evitan que te pongas en acción y movimiento buscando eso que te hace falta o necesitas.
Así es que mi consejo, por más tentador que sea aferrarte a una ilusión de amor, trabajo, estabilidad, vida o seguridad, mi consejo es que abras los ojos para diferenciar lo real de lo imaginario. Más cuando se habla de amor, albergar una ilusión solo hace que tu corazón y tus sentimientos se desgasten de una manera increíble, para cuando te des cuenta de que todo fue una ilusión, sentirás el duro golpe de la realidad