Filosofando

Soñar con un ser fallecido

A lo largo de muchos años soñando he tenido muchos tipos de sueños, algunos de ellos muy felices, otros algo oscuros, algunos llenos de zombies y mutantes, otros tantos llenos de amor, vacaciones y romance, incluso tendría que admitir que he tenido un par, por no decir muchos, sueños eróticos y también tendría que admitir que todos se han sentido muy reales; tanto que a veces creo que son algo más que sueños y parecieran fragmentos del futuro. Pero algo que tengo que confesar que nunca me había pasado en un sueño y era sentir nostalgia, una tristeza tan profunda que me hacía sentir muy mal, tanto que por primera vez me desperté de un sueño llorando con tanta tristeza, nostalgia y melancolía que incluso de sólo recordarlo me dan ganas nuevamente de llorar sin control para ver si así se escapa de mi esa profunda tristeza.

Recordar a un ser fallecido

Normalmente mis sueños siempre son bonitos, divertidos o una especie de película de acción en la que yo soy la protagonista, pero anoche mi sueño fue distinto y no exageró al decir que prefiero despegar gritando de una pesadilla que hacerlo llorando de tristeza.

Dicen que los sueños más allá de predecir el futuro son un reflejo de nuestro subconsciente, algo que tenemos atorado en la mente y nos agobia y la intensidad con la que soñamos o la profundidad de los sentimientos experimentados son únicamente lo que tenemos adentro en la cabeza o incluso el corazón. Así que tal vez toda esa tristeza tenga una profunda razón de ser y de sólo pensar en mi perro que se murió soy capaz de llorar en sueños o en la calle porque no dejo de extrañar a Nova y cada recuerdo, memoria, fotografía o lo que sea que me recuerde a mi Mastín Napolitano me hace llorar.

No importa cuánto tiempo pase, todavía se siente como si ella se hubiera ido ayer, y no importa lo que haga, lo que viva, lo que pase, sigo sintiendo su ausencia incluso en mis sueños.

Ahora por extraño y loco que parezca sueño que encuentro un hoyo en el tiempo, un extraño suceso que me permite conectarme con el pasado y una noche que salía al jardín el presenté se enlazaba con el pasado para encontrarme con Nova mientras mi Mama la sacaba a pasear, de algo estaba segura, no era un fantasma, era el pasado, era ella, jugando joven y alegre.
Era tan consciente de lo que pasaba, de que estaba en el pasado con la oportunidad de estar con ella nuevamente que me aferraba a ese momento para no dejarla ir nunca, la abrazaba tan fuerte que ella se quejaba y se quería ir, le pedía a todos que me tomarán fotos, mientras la abrazaba y no dejaba de llorar y así me desperté.

Y mientras me despertaba deseaba no hacerlo, además de maldecir mi cero habilidad mágica para conectarme con el pasado.

Es curioso como las ausencias pueden doler tanto y por más que pasa el tiempo, por más que creas estar bien y haber superado esa dolorosa partida de un ser querido, un buen día solo tienes que cerrar los ojos para que tu cerebro que proyecte de forma cruel y egoísta todos aquellos buenos momentos que ocultas en un rincón de tu mente y lo hiciste por la razón de que no querías llorar toda la vida sintiendo la ausencia de alguien.

Pero tal vez tu mente revive esos momentos como un digno homenaje de esa vida, de esa persona o de tu mascota y no con el afán de hacerte sufrir, sino para conmemorar toda esa alegría.

Todo eso pasa para entender una única cosa, la vida es tan corta que tienes que aferrarte con uñas y dientes a esos buenos momentos, a esas personas que quieres mucho porque un buen día se pueden ir y el único lugar donde los verás es en tus sueños, mientras deseas tener una máquina del tiempo para viajar al pasado o que suceda una falla cósmica que junte al pasado con el presente.

Eso es lo único que les puedo decir, sean felices y aférrense a esa felicidad. La vida es muy corta para sufrir.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com