La perfección no existe

Incluso cuando crees que existe y estás convencido de ello, la perfección no existe, simplemente no existe.

Y es que hablando de la perfección, esta controversial palabra ha causado siempre polémica y me imagino que desde su creación siempre ha existido debate en torno a ella, porque más que una palabra o ideal, la perfección es un concepto filosófico digno de debates del tipo socrático entre los eruditos de la filosofía. Porque solo puedo imaginarme a Sócrates y Platón acercándose a la compresión de este concepto; por qué para todos los demás la perfección es algo ilusorio, el digno atributo de los sueños, esos que nos atormentan con la búsqueda y la persecución de la perfección.

De hecho, ahora que lo pienso ser perfecto, perfeccionista y el perfeccionismo son el principio del caos, el comienzo de la infelicidad y aquello que nos agobia, porque obvio, nada es perfecto en este mundo, nada, incluso cuando lo es, simplemente no lo es.

Y bueno, seguro eso que dije arriba te suena confuso, porque si de algo estamos seguros todos es que nada ni nadie es perfecto; sin embargo, y aun sabiendo eso, a veces entendemos como perfecto lo más cercano a ese ideal.

Es decir, de manera práctica si la perfección fuera un número, por ejemplo el #10, si sabemos que nada es perfecto, que nada será un 10 nunca, el número que más se aproxime sea 9, 7, 8 o hasta 2, el número más cercano adquirirá el concepto de perfecto.

Así que cuando estamos viviendo una situación personal en un #7 o conocemos a una persona que tiene un atributo de #8, en nuestra mente eso es perfección; porque eso es lo más cercano que conocemos a perfección.

Es de esa manera que en nuestra mente las cosas que parecen ser casi perfectas, un día dejan de ser casi perfectas para simplemente ser la perfección andante.

Y esta apreciación sucede con más frecuencia entre más jóvenes somos, por ejemplo yo, cuando tenía 23 años, podría jurar que había conocido el tipo perfecto para mí, obvio no lo era, pero en ese tiempo la configuración de sus características personales, su físico, su conversación, edad, etc, etc, etc, habían convertido a ese cuate en Mr. Perfecto, porque para mí era perfecto; principalmente porque según la Yesica del pasado esa persona era justo lo que yo necesitaba, pero solo faltó algo de convivencia para descubrir que lo que creía era perfecto, no lo era, porque la perfección no existe, incluso cuando estás convencido de lo contrario.

Y todo este debate es polémico por las expectativas que tenemos de una vida y la perfección a la que aspiramos; porque todo en esta vida se trata de ser la persona perfecta, salir con la persona perfecta, tener el trabajo perfecto, el salario perfecto, etc, etc, etc, todo debe ser perfecto.

Pero la perfección no existe, bueno, sí, existe en el diccionario.

perfección. (Del lat. perfectĭo, -ōnis). f. Acción de perfeccionar. || 2. Cualidad de perfecto. || 3. Cosa perfecta. || a la ~. loc. adv. perfectamente.

Y el día de hoy descubrí que la perfección no existe, y lo descubrí de una manera extraña.

Resulta que había conocido a la chica perfecta, la chica más hermosa que había podido haber conocido nunca; de esas mujeres capaces de despertar en otras mujeres una atracción, una especie de crush y embelesamiento en donde la belleza de esa otra mujer, lejos de despertar envidia lo que hace es despertar un sentimiento auténtico de “oh, me gustaría tener ese cuerpo”, pero no en un sentido carnal de pertenencia, sino un legítimo deseo de tener una silueta similar.

De esas mujeres tan bellas que parecen perfectas y todos tienen un crush inmediato con ellas.

La chica perfecta, que de no ser porque la cara ya se ve demacrada sin maquillaje y suele vestirse enseñando mucho, fuera de su vulgaridad esa mujer sería la perfección andando.
Pero hay que recordar que la perfección no existe, incluso cuando crees que es así. Y no solo se trata de tener la apariencia correcta y curvas de miedo, artificiales, aun así de miedo. Se trata de tener todo el paquete: cerebro, belleza, contexto, carácter, conversión, es decir, para acercarse a lo perfecto ese objeto del deseo tendría que tener fondo y forma.

Así que solo tuve que escuchar hablar a la chica perfecta para que la magia se rompiera y no era lo que decía, mmmm, bueno sí, si abres la boca y dices puras tonterías la magia se rompe; pero en este caso no solo decía puras trivialidades superfluas, sino que las decía en el tono más naco del mundo y con una voz chillona. De esas veces que dices: nooooooooo.

Extraño, como es el concepto de perfección y como imaginamos a las personas como un ideal, uno que solo existe en nuestra cabeza. Creo que eso tiene que ver con que nos aferramos más a la idea de algo, más que al objeto en sí mismo.

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