Cuándo estas platicando y de la nada te dicen: abur
Ah, esas bellas ocasiones cuando estás platicando, te sientes como el nuevo filósofo de la vida moderna, y de repente, ¡zas! La otra persona te lanza un cortante “abur” como quien apaga el televisor en el clímax de una telenovela. En ese momento, tu mundo se desmorona y te preguntas: “¿Acaso mi voz tiene un efecto somnífero?” Vamos a sumergirnos en esos momentos hilarantes y algo tristes cuando piensas que has creado una profunda conexión, solo para quedarte con un “abur” intergaláctico en la cara.
El Calentamiento de la Conversación
Comencemos con el escenario perfecto. Estás disfrutando de un café con un amigo (o un conocido que se convirtió en amigo por un día), y estás platicando sobre un tema que realmente te apasiona: la importancia de la lectura en un mundo digital. Te entusiasmas tanto que sientes que deberías estar en un TED Talk, motivando a otros a perseguir sus sueños literarios. Las palabras fluyen como si tuvieras un canal de noticias de todo lo impresionante que has aprendido en ese último libro de filosofía que leíste.
Y entonces, cuando llegas a la parte más emocionante de tu exposición, donde enumbras todas las forma en que un libro puede cambiar vidas, la otra persona te lanza un “abur” tan seco que podría usarse como un deshumidificador. Es como si hubieras lanzado un espectacular fuego artificial y tu amigo solo hubiera escuchado un “pop” de las bolsas de palomitas.
El Rayo de la Realidad
¡Oye! Eso es lo que sucede cuando estás platicando y realmente te sumerges en la conversación. Pero, no olvidemos que los demás también tienen sus límites. Tal vez la persona que tienes enfrente no está lista para escuchar una disertación sobre la Kuznetsova y la relevancia del simbolismo en la literatura contemporánea. ¿Y qué pasa? Sientes que has recibido un golpe de realidad más duro que un koala cayendo de un árbol.
Después del “abur”, el silencio se siente más incómodo que intentar bailar en un funeral. Te das cuenta de que tus pensamientos profundos no han hecho más que causar un efecto dominó en las ganas de tu amigo de seguir en el mismo canal. Es como si estuvieras analizando la teoría de cuerdas y ellos solo querían saber si la pizza de la esquina es la mejor.
El Momento de la Autoevaluación
En ese instante, una voz interna comienza a gritar. “¡Reflexiona! ¿Te diste cuenta de que has estado hablando durante más de 15 minutos sin parar?” Es como si tu cerebro activara un botón de emergencia donde piensas en todas las posibilidades de que se te haya olvidado usar un poco de humor en lugar de citar a Platón.
Pero aquí está la verdadera joya: el “abur” no es solo una señal de que fracasaste en la conversación; muchas veces puede ser el inicio de un nuevo capítulo. Seguro probablemente tu amigo estaba pensando en algo completamente irrelevante, como si ese sábado las tortugas ninja podrían ser mejores que los Avengers. Tal vez solo necesitaba un poco de desenfreno para escapar de la rutina. ¿Quién no quiere hablar de tortugas ninja alguna vez?
El Arte de Rebote
Una vez que te recuperas del “abur”, es momento de transformar la situación. Tómalo como un filtro de café; filtra lo necesario. ¿Por qué no cambias de táctica? Cambia la dirección de la plática. Pregunta: “¿Y qué piensas tú?”. De pronto, el amigo que previamente se sentía atrapado en la vida del pensamiento profundo podría tirar una bomba de diversión de la nada.
Así que si esos momentos abrumadores de “abur” te han dejado un poco desanimado, recuerda que a todos nos toca, en algún momento, sentir que las palabras que flotan en nuestra cabeza no son más que ruido para los demás. ¡Hazlo divertido! Si escuchas un “abur”, no lo tomes personal. Esa es solo una oportunidad para platicar de algo más ligero.
La Lección Final
Y ahí lo tienes. Las veces que crees que has creado la conversación perfecta, el diálogo profundo que podría llenar un libro, de repente pueden desvanecerse con un simple “abur”. Pero eso forma parte de la comedia de la vida. Recuerda que no importa cuánto intentes ser interesante; a veces lo que realmente la gente busca es reírse, relajarse y disfrutar un poco de locura.