Reseña de La Chata en Guadalajara
La Chata en Guadalajara es uno de esos recordatorios muy vividos del porque comer es un placer, y es que, con porciones muy grandes en platos bien servidos, un ambiente agradable, un menú variado y precios muy atractivos, hacen que este pintoresco restaurante sea un imperdible cuando visitas esta bella ciudad.
Con dos ubicaciones, una en el centro y la otra en las periferias, La Chata en Guadalajara es un lugar para ir con mucha hambre para disfrutar de comida muy sabrosa con la sazón típica de Jalisco, que no sé cuál sea la razón, tal vez sea la frescura de los ingredientes o que la tierra o el agua le imprime un sabor diferente, no importa, sea lo que sea, el resultado es maravilloso y desde vegetales, hasta un pollo asado, todo lo que comes será una grata experiencia que conquistará tu paladar.
Yo de solo recordar esos sabores bailando en mi boca me pongo a babear, y no soy solo yo, de hecho, este restaurante a la hora de la comida o la cena, sin importar que día de la semana lo visites, siempre está lleno y la fila para entrar dará vuelta a la esquina.
La Chata en Guadalajara ofrece desde platillos típicos de la región, como lo son sus famosos sopes, la jericalla o cortes de carne de la zona hasta los más comunes platillos mexicanos, como el pozole, las enchiladas o los chilaquiles, pero que la palabra común no te asuste, todo en este lugar es extraordinario y se prepara al estilo, La Chata en Guadalajara.
Mi recomendación para probar en La Chata en Guadalajara es el platillo jalisciense, que es rico, impotente y trae 1/4 de Pollo frito, un sope, una enchilada, una flauta, papas fritas y ensalada verde.
Hablando del lugar es amplio, pero con la cantidad de gente que quiere ir a comer a este lugar, en la hora pico se siente muy pequeño y muy saturado por las personas que convergen en ese lugar.
El staff es agradable y rápido para traerte tu comida.
Por otro lado, me gustaron mucho los precios, el más caro debe estar en unos $160 pesos y tienen una gran variedad de bebidas.