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Ah, la fama, es y será esas cosas atractivas de la vida, que todos deseamos, (algunos secretamente), conseguir.
Después de todo, nos han vendido como súper glamoroso y
mega deseable este estilo de vida, en el cual eres el centro de la atención,
siempre sales en las revistas, los paparazzis te persiguen y no te dejan en
paz, todos te reconocen en la calle y te tratan como un objeto, y no como
persona.
Si lo sé, suena
dura esa vida, pero aun así muy deseable.
De hecho, hay tantas personas que desean y anhelan
experimentar esas experiencias que, por más loco que suene, hay empresas que
venden ese servicio, es decir te rentan unos fotógrafos que fingen ser paparazzi
y también te rentan fans, si suena demencial, pero aun así, como que nos tienta
esa idea, rentar ese servicio; total, al final de la experiencia podemos alegar
que fue un experimento social.
Que, por cierto, ahora todas las cosas vergonzosas o
penosas que nos arrepentimos de hacer, siempre pueden ser catalogadas de
experimento social; algo que se hizo por mera curiosidad para conocer la
respuesta social.
Ahora, esto de la fama, está lejos de ser un experimento
social, y muchos deseamos con lo más profundo de nuestro ser, lograr la fama y
popularidad mundial.
Tanto es nuestro deseo o necesidad por sentirnos famosos
o populares, que ahora hemos inventado nuevas figuras sociales que llenan ese
espacio: los famosos influencers, que,
con algo de suerte digital, llegan a tener relevancia y trascendía en el mundo
de la web.
Insisto a todos nos ha pasado que, porque nos siguen 3
desconocidos en Twitter, ya estamos buscando las maneras de verificar nuestra
cuenta, para que todos sepan, sobre todo los fans que te buscan, cual es la
cuenta oficial y no se confundan con las imitaciones.
Ahora es muy fácil en este mundo digital, sentirnos
famosos, poderosos y muy populares, cuando ciertamente solo te ubica tu mamá
que sabe que andas haciendo algo en Instagram, pero fuera de eso, ni en la
colonia saben tu nombre.
Pero eso sí, cuando tenemos la atención de los demás, sin
importar el número de personas, algo dentro de ti comienza a soñar con la fama,
tanto que te documentas con fuentes confiables, sobre cómo lidiar con la
caprichosa fama, que puede ser linda y al mismo tiempo cruel.
Tal vez, esto tenga una estrecha relación, con nuestra
necesidad de reconocimiento, uno de nuestros mayores motivantes en la vida.
Pero hay que ser honestos, y tener de 3 a algunos cientos
de seguidores desconocidos en alguna red social, eso, eso no nos hace famosos y
no tenemos que preocuparnos por sufrir del acoso de la prensa o la invasión a
nuestra vida.
Descuida, no te
preocupes por tener que cachetearte a un reportero que investiga sobre tu vida
personal.
Si tienes menos de miles (k) de seguidores (y a veces
teniéndolos) no tienes por qué preocuparte por saber cómo lidiar con la fama, y
eso de que los fans te acosen, se metan a tu casa, urgen tu basura o te quieran
besar en medio de tu concierto, esas son cosas que solo le pasan a Maluma,
Justin Bieber y grandes celebridades que ahora que tienen fama, lo único que
quieren es privacidad.
Creo que en vez de preocuparnos por cómo lidiar con la
fama, primero que nada, deberías buscar en google como conseguirla y luego
abrir una cuenta YouTube, Instagram o inscribirte en un reality show.
Ahora, yo ya sé que hacer.
Yes
Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com
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