Tecnología

Cómo utilizar la tecnología en nuestro día a día

La tecnología nos pone las cosas fáciles, y cada vez son más las novedades que permiten que nuestras tareas del día a día resulten más sencillas y las podamos llevar a cabo sin el menor problema. Gracias al desarrollo de la tecnología, podemos viajar entre dos ciudades que estén a más de 300 km en menos de dos horas, o tener acceso a un sinfín de información que se adapte a nuestras necesidades a tan solo un clic. Pero la tecnología también hace que las cosas de casa o nuestros quehaceres diarios dejen de ser arduas y complicadas tareas. Por ejemplo, ya no hace falta deslomarse la espalda para pasar la aspiradora, un robot automático se pasea solo por nuestra casa mientras limpia la suciedad del suelo.

Pero si hay algo que se ha hecho un hueco en nuestra rutina son las apps, a través de nuestro móvil podemos hacer muchas cosas que antes hacíamos de forma manual o realizar acciones para las que, antes de la existencia de las apps, era necesario desplazarse a un lugar concreto. Las aplicaciones móviles aparecieron a finales de los años 90, pero en aquel entonces, estas aplicaciones cumplían con las funciones básicas de los móviles de aquella época: como por ejemplo, los videojuegos. Pero fue en el año 2010 cuando las aplicaciones móviles se convirtieron en lo que son hoy en día: la versión optimizada de una web que se adapta a un dispositivo móvil, tanto para iOS como para Android.

Estas apps tienen muchas ventajas, como que se puede acceder a ellas de forma rápida y no ocupan a penas espacio en el dispositivo. En cambio, uno de los inconvenientes es que utilizan la publicidad para el usuario como forma de obtener beneficios.

Muchas de estas apps pueden utilizarse en nuestra vida diaria. Las apps de tiendas como Zara o Mango nos permiten actualizar nuestro vestuario sin tener que ir a las tiendas. Del mismo modo, podemos reservar un viaje a través de las muchas apps que hay de empresas de este sector: como eDreams o Skyscanner. Si buscamos casa, muchas inmobiliarias ofrecen su propia app para que cualquier persona pueda buscar una casa para comprar o alquilar a través de un dispositivo móvil.

Bancos como ING o Santander nos permiten acceder a nuestra cuenta a través de su app: para realizar transferencias bancarias o simplemente consultar nuestra economía. También los brókeres como iFOREX ofrecen una app. Por ejemplo, la app de iFOREX permite a los traders realizar operaciones en materias primas, acciones o divisas de forma segura. Además, la app de iFOREX ofrece material educativo de forma gratuita y ahora los clientes de iFOREX también pueden invertir en cripto.

En definitiva, muchas apps pueden ser utilizadas en nuestras rutinas: ya sea para cronometrar los minutos que corremos cuando salimos a correr o para mejorar nuestro nivel de inglés a través de apps que ofrecen ejercicios prácticos. La mayoría de estas apps, como la de iFOREX, se pueden descargar de forma gratuita, por lo que sacarles partido está al alcance de cualquier persona que tenga un móvil.

La tecnología nos pone las cosas fáciles, y cada vez son más las novedades que permiten que nuestras tareas del día a día resulten más sencillas y las podamos llevar a cabo sin el menor problema. Gracias al desarrollo de la tecnología, podemos viajar entre dos ciudades que estén a más de 300 km en menos de dos horas, o tener acceso a un sinfín de información que se adapte a nuestras necesidades a tan solo un clic. Pero la tecnología también hace que las cosas de casa o nuestros quehaceres diarios dejen de ser arduas y complicadas tareas. Por ejemplo, ya no hace falta deslomarse la espalda para pasar la aspiradora, un robot automático se pasea solo por nuestra casa mientras limpia la suciedad del suelo.

Pero si hay algo que se ha hecho un hueco en nuestra rutina son las apps, a través de nuestro móvil podemos hacer muchas cosas que antes hacíamos de forma manual o realizar acciones para las que, antes de la existencia de las apps, era necesario desplazarse a un lugar concreto. Las aplicaciones móviles aparecieron a finales de los años 90, pero en aquel entonces, estas aplicaciones cumplían con las funciones básicas de los móviles de aquella época: como por ejemplo, los videojuegos. Pero fue en el año 2010 cuando las aplicaciones móviles se convirtieron en lo que son hoy en día: la versión optimizada de una web que se adapta a un dispositivo móvil, tanto para iOS como para Android.

Estas apps tienen muchas ventajas, como que se puede acceder a ellas de forma rápida y no ocupan a penas espacio en el dispositivo. En cambio, uno de los inconvenientes es que utilizan la publicidad para el usuario como forma de obtener beneficios.

Muchas de estas apps pueden utilizarse en nuestra vida diaria. Las apps de tiendas como Zara o Mango nos permiten actualizar nuestro vestuario sin tener que ir a las tiendas. Del mismo modo, podemos reservar un viaje a través de las muchas apps que hay de empresas de este sector: como eDreams o Skyscanner. Si buscamos casa, muchas inmobiliarias ofrecen su propia app para que cualquier persona pueda buscar una casa para comprar o alquilar a través de un dispositivo móvil.

Bancos como ING o Santander nos permiten acceder a nuestra cuenta a través de su app: para realizar transferencias bancarias o simplemente consultar nuestra economía. También los brókeres como iFOREX ofrecen una app. Por ejemplo, la app de iFOREX permite a los traders realizar operaciones en materias primas, acciones o divisas de forma segura. Además, la app de iFOREX ofrece material educativo de forma gratuita y ahora los clientes de iFOREX también pueden invertir en cripto.

En definitiva, muchas apps pueden ser utilizadas en nuestras rutinas: ya sea para cronometrar los minutos que corremos cuando salimos a correr o para mejorar nuestro nivel de inglés a través de apps que ofrecen ejercicios prácticos. La mayoría de estas apps, como la de iFOREX, se pueden descargar de forma gratuita, por lo que sacarles partido está al alcance de cualquier persona que tenga un móvil.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com