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Tener una invitación pendiente en redes sociales

Hoy quiero hablar de un problema que ha estado presente en nuestra vida digital, un tema que todos hemos enfrentado en algún momento, pero que pocos se atreven a aceptar: tener una invitación pendiente en redes sociales. Esa pequeña notificación que cuelga ahí, como una espina en el corazón digital, recordándote que la vida social sigue adelante mientras tú andas por la vida como un fantasma de las redes.

Imagina la escena: estás navegando por tu feed, disfrutando de memes y recetas de cocina que nunca harás, cuando, de repente, ves ese pequeño número brillante en tu bandeja de entrada. “1 invitación pendiente”. Es como si una alarma sonara y el mundo se detuviera. De inmediato, una mezcla de emociones te invade: un poco de pánico, una pizca de culpa y una buena cucharada de incertidumbre. ¿Quién te invitó? ¿Es una fiesta, un evento, una reunión de excompañeros del colegio?

En este drama moderno, la primera reacción suele ser la misma para todos: ignorar la invitación. Es como si tu cerebro estuviera en un bucle infinito de negación. “Quizás se olvidarán de mí. Quizás no soy tan popular como pensé. O, peor aún, tal vez esa invitación es de mi ex y yo no estoy listo/a para enfrentar esa realidad”.

Pero el dilema no termina ahí. A medida que pasan los días y la invitación sigue ahí, se convierte en un personaje de una telenovela. Su nombre es “Invitación Pendiente”, y tiene todos los rasgos de un villano. Cada vez que revisas tus redes, te lanza miradas escépticas, como si esperara que te atrevas a abrirla. “¿Vas a dejarme en visto para siempre? A ver si puedes evitar esto”, parece murmurar.

Al principio, la idea de abrir la invitación parece aterradora, como entrar en la habitación de alguien que no has visto en años. Pero llega un momento en que, finalmente, decides que ya es hora de enfrentarte a la realidad. Clicas en la notificación, y aparece esa pantalla que te recuerda que eres un ser humano con amigos (o amigos de amigos, o amigos de tus amigos). El evento puede tratarse de una fiesta, un grupo de chats sobre jardinería (¡no preguntas!), o incluso una reunión de una vieja banda que ya no toca.

Y aquí es donde se pone el pastel de cumpleaños inusual: al ver quién te invitó, surge la nostalgia o la incredulidad. “¿Para qué me invitan a esto? ¿Acaso piensan que tengo ganas de socializar un viernes por la noche?” De inmediato, comienzas la búsqueda de excusas en tu mente: “Ese día tengo que ordenar mis zapatos” o “No puedo, tengo un compromiso con Netflix”.

Finalmente, decides ignorar la invitación, apretando los labios y sintiendo un ligero alivio. ΣDespués de todo, si la vida real es estresante, ¿por qué no hacer que la vida digital también lo sea? Quién necesita más fiestas o reuniones, cuando puedes quedarte en casa, arropada con una cobija y un buen maratón de series.

Así que, la próxima vez que te encuentres con una invitación pendiente en tus redes sociales, recuerda que no estás solo/a. Ser parte de esta era digital significa que hay una buena posibilidad de que esa invitación se quede en tu bandeja de entrada por un tiempo indefinido. ¡Y eso está perfectamente bien! Porque, a veces, el mejor plan es no tener plan, especialmente si ese plan incluye salir y socializar. ¡A seguir disfrutando de la vida digital!

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Yes
Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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