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Todos tenemos un Mister Hyde escondido

Todos llevamos dentro un pequeño monstruo que, más que salir por la puerta, suele dar saltos en nuestra cabeza cada vez que estamos al borde de una situación incómoda. Hablamos de… ¡nuestro Mister Hyde! Sí, ese alter ego que a veces se apodera de nosotros y hace que nos preguntemos: “¿Realmente fui yo quien dijo eso?”

¿Quién es Mister Hyde?

Si no has leído “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, permíteme darte un resumen express. Jekyll es un tipo genial y respetable, pero Hyde… bueno, es su parte oscura, esa que se desata cuando menos te lo esperas. Ahora, imagina que cada vez que alguien te molesta en la fila del banco o se atraviesa en el cine, de repente te transformas en Hyde y quieras gritar: “¡¿Por qué eres tan lento?!” o “¡¿Por qué no puedes elegir el mismo asiento que yo?!”

La verdad es que todos tenemos un Mister Hyde escondido. Tal vez no sea tan dramático como el de la novela, pero estos momentos “hydeísticos” son más comunes de lo que pensamos.

¿Cuándo aparece nuestro Mister Hyde? 🧟‍♂️

  1. Cuando te molesta tu hermano: Ah, la dulce rivalidad fraternal. Nadie logra sacar más de tu lado oscuro que un hermano. Un día eres el mejor amigo, y al siguiente te encuentras a ti mismo a punto de explotar porque dejó su ropa sucia en tu habitación. ¡Ay, el horror! Ahí es cuando empieza a asomarse tu Mister Hyde, listísimo para decir: “¡¿Te has comido mi última porción de pizza?!”
  2. En el trabajo o la escuela: Estás en clase, escuchando a ese compañero que simplemente no sabe cuándo parar de hablar. Puede que te digas a ti mismo: “Calma, no tengo que dejar que me afecte”. Pero después de quince minutos, el Hyde que llevas dentro está dispuesto a gritar: “¡Mudo el micrófono y da una oportunidad al silencio!”
  3. Al hacer abriendo las redes sociales: Ese momento en que tus amigos publican su vida perfecta mientras tú estás en pijama a las 3 p.m. comiendo cereales, ¡es la receta perfecta para que salga tu misterioso compañero! “¡¿Otra foto de vacaciones?! ¡Perfecto, para que vean lo que significa ser feliz! ¡Aquí tienes una selfie de mi sofá!”

Cómo manejar a tu Mister Hyde

  1. Ríete de ti mismo: La risa es la mejor medicina. Si te sientes que estás a punto de ser consumido por Hyde, simplemente ríete de lo absurdo de tus pensamientos. Imagínate estando frente a la persona que te molesta y a la vez te ves a ti mismo como una caricatura, con un gran sombrero y capa. ¡Hazlo gracioso!
  2. Transformación a través de la acción: En lugar de dejar que tu lado oscuro tome el control, ¡transforma esa energía! Yo qué sé, si tus amigos te enferman, ve a correr, a bailar o a patinar. Toma esa frustración y conviértela en algo positivo. ¡Vamos a bailar en el salón!
  3. Identifica tus momentos de “Hyde”: Escribe un diario o simplemente habla con tus amigos sobre los momentos en los que te sientes como Mister Hyde. Hablar de ello puede disminuir su poder. Al final, reírse de las travesuras de Hyde te recordará que solamente eres humano.

Llevando a Mister Hyde a terapia

No hay nada de malo en tratar de comprender esa parte de nosotros mismos. En lugar de demonizar a Mister Hyde, aceptémoslo como una parte divertida de nuestra personalidad. Todos tenemos días buenos y días en los que solo queremos que el mundo se detenga.

Así que ya lo saben, amigos: todos llevamos un Mister Hyde escondido dentro de nosotros. La clave está en saber cuándo sale a robar el protagonismo y cómo controlarlo. ¡Recuerda que la próxima vez que sientas que tu lado oscuro está a punto de salir, mejor ríete y transforma esa energía en algo divertido! Al final del día, no hay nada más liberador que aceptar todas nuestras facetas… ¡incluso las más locas!

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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