Momentos: incómodos, pendientes, alegres

La vida siempre es una suma de momentos; momentos felices, momentos feos, momentos incómodos, momentos de esperanza, creo que ya entendieron el punto de los momentos. Vivir es la suma de muchos números que se agregan a una ecuación para dar un resultado final.

Todos aquellos números o momentos, son circunstancias que debemos experimentar para aprender, para retroalimentarnos y para crecer como personas. El análisis y compresión de dichos momentos nos hacen ser quienes somos ahora y en quienes nos convertiremos en un futuro no muy lejano. Tratar de evitarlos simplemente encarece nuestra riqueza personal, en vez de aliviarnos o prevenirnos de un malestar temporal.

En definitiva yo prefiero los momentos felices; en general creo que todos los que no somos SADOS, preferimos la alegría de las risas, la expectativa y las sorpresas. Pero es que no podemos definirnos, ni mucho menos descubrirnos si no experimentamos los extraños y malos pasajes de la vida. Recuerden que aquello a lo que llamamos experiencia, no es más que la suma de nuestros errores. La vida en si, es lo bueno y lo malo que nos sucede a cada minuto, sino conociéramos ambos aspectos duales nunca llegaríamos a comprender el concepto efímero de felicidad.

Además, los momentos nos generan expectativas, ilusiones y miedos. Cosas que le dan un sabor agridulce a esto que le decimos “vivir”. Lo hace emocionante y desconocido, y no existe cosa que mas nos intrigue que lo DESCONOCIDO. Nuestro afán curioso por descubrir aquello que no conocemos es el motor de muchas cosas y muchas mejoras.

Algo funciona mal en mi cabecita loca, pero también suelo disfrutar mucho de los momentos incómodos, son esos momentos que hacen que defina mis posturas ante la vida y como me presentó ante el mundo. Me ha ayudado a descubrir quien soy y descubrir todos los días nuevos aspectos que no conocía acerca de mí.