Perdiendo la cabeza

No me refiero a la expresión literal ó metafórica de la acción de perder la cabeza por estar obnubilado o ser degollado, sino más bien al verbo.

perder. (Del lat. perdĕre). tr. Dicho de una persona: Dejar de tener, o no hallar, aquello que poseía, sea por culpa o descuido del poseedor, sea por contingencia o desgracia. ||

Y es que yo pierdo todo, lo único que no pierdo es efectivamente la cabeza porque la tengo bien pegada. Porque si fuera intercambiable seguro ya no la tendría en su lugar y naturalmente sería una acéfala más de esta gran ciudad.

Es horrible perder algo y buscarlo como estúpido durante horas por todos los rincones de tu casa, revolviéndolo todo, provocando un desorden más caótico al que ya se tenía previamente y ahora todo es aventado encima de todo, para perder más cosas; terminas encontrando las llaves pero perdiendo el control, un folder con documentos importantes, un libro y el celular. Esa es una ley universal, cada que encuentras algo pierdes 3 cosas más.

Perdiendo la cabeza 

Sabes algo que no entiendo y nunca entenderé, es el misterio de las lavadoras y los calcetines. ¿Qué existe un universo paralelo de calcetas y calcetines cuya puerta de acceso es la lavadora? Y un calcetín decide aventurarse a ese maravilloso mundo, dejando a su contraparte solitaria y a un piecito descubierto. Me enloquece y me preocupa el hecho de saber que cada que voy a lavar mi ropa sé muy bien que voy a perder un calcetín. Por lo menos deberían perderse los dos, así no me daría cuenta que tengo un par menos; NO, solo se tiene que perder uno en una caja metálica tan pequeña, dejando el enorme enigma y un misterio sin resolver.

¿Adónde se va el calcetín? No lo entiendo debería estar ahí PERO NO.



Oye no te rías de mi, seguro si sólo lavara calcetines terminaría perdiendo 4 y por más que los busque no estarían por ningún lado. He pensado algunas otras soluciones como: comprar calcetines desechables así me ahorraría el enfado pero no soy tan rica y eso debe ser anti ecológico ¿No?, por otra parte se que existen bolsitas de tela para calcetas y calcetines.
Si, vienen en catálogos de venta que a fuerza tu vecina quiere enjaretarte y tu muy amablemente decides ojearlo, vienen cosas interesantes, objetos que ayudan a evitar que pierdas un calcetín PERO DIOS cuesta $250.00 una bolsa de tela para calcetines: “este, mmhhh, aaaa, digo NO Gracias prefiero seguir perdiendo calcetines”, puede ser que funcione y a la larga ahorre más evitando comprar calcetines.

Y no te ha pasado que estas como imbécil buscando las llaves de tu casa o el coche, ya se te hizo tardísimo, tienes algo importante que hacer en el trabajo, tienes una vena de la frente saltada, la cara la tienes verde, cuando alguien pasa y se da una conversación así:

Tú: Buscando como loco
Alguien: Pasa muy tranquilo/a y se te queda viendo.
Tú: Te vale sigues buscando en rush las llaves
Alguien: ¿Qué haces?
Tú: Busco las llaves del coche (se te sale un ojo)
Alguien: ¿Quieres que te ayude?
Tú: Piensas NO GRACIAS quiero buscarlas yo solito, y Contestas por supuesto.
Alguien: Mientras te ayuda a “buscar” encuentra otras cosas que no te sirven o se pone a acomodar. Y encima te pregunta ¿Qué no se te hace tarde?
Tú: SÍ.
Alguien: ¿Pues donde las dejaste?
Tú: Haces cara “es broma verdad” y piensas en contestar “Sabes, la verdad es que como hoy no pude ir al gimnasio, tenía ganas de ejercitarme un poco moviendo las cosas y haciendo cardio por la casa, además no consideras que está un poco arreglada la casa y pues pensé que un poco de desorden le daría vida. Además me encanta llegar tarde al trabajo por eso deje las llaves en el cajón que está bajo el estante del escritorio, gracias fue muy interesante charlar contigo”

La moraleja para no perder cosas es ó pegarlas todas a la pared o no tenerlas.

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