Yo celebro así el Halloween y Día de Muertos
El Halloween y el Día de Muertos son dos festividades que despiertan un sinfín de emociones y tradiciones en nuestro país. Sin embargo, mi forma de celebrar estas fechas es un poco diferente. En lugar de salir a la calle disfrazado, disfrutando de fiestas y actividades al aire libre, celebro así el Halloween en la comodidad de mi hogar, acompañado de mi fiel compañero: el trabajo.
Una noche de productividad
A medida que cae la noche de Halloween, mientras muchos se preparan para salir a pedir dulces o participar en aterradoras fiestas de disfraces, yo me encuentro rodeado de archivos, listas de pendientes y la taza de café que nunca me abandona. Es curioso cómo el bullicio de la celebración se transforma en un silencio casi sepulcral en mi casa. La única “actividad” que tiene lugar es la lucha constante por mantenerme enfocado, algo que el terror de mi pantalla no ayuda a suavizar.
Pero no todo está perdido. Mientras celebro así el Halloween, hay una pequeña parte de mí que disfruta de los pequeños placeres de esta noche. En medio de mis tareas, me deleito con algunos dulces que compré con la ilusión de compartir, pero que en realidad terminan siendo mis tentaciones personales. La calabaza tallada que adorna mi mesa se convierte en un silencioso testigo de mi jornada laboral, cada vez más parecida a una película de terror, donde el monstruo es el trabajo acumulado.
Día de Muertos: un toque especial
Cuando llega el Día de Muertos, la atmósfera cambia un poco, ya que esta celebración está repleta de significado y tradición. Aquí también se siente un contraste entre lo festivo y la rutina. Aunque mi agenda está llena, me tomo el tiempo para crear un pequeño altar en casa. Coloco fotografías de mis seres queridos que ya no están y algunas ofrendas que reflejan sus gustos.
Aún en mi mundo de correos electrónicos y llamadas telefónicas, el Día de Muertos me recuerda que hay momentos para celebrar nuestra cultura. Mientras celebro así el Halloween, la conexión con mis ancestros se vuelve más palpable, y mi trabajo, aunque demandante, se mezcla con una pizca de espiritualidad. Cada año, mi altar se vuelve más personal y lleno de recuerdos, que, aunque tristes en algunos momentos, también son celebraciones de vidas vividas.
La diversión se redefine
Es cierto que mi forma de celebrar puede sonar aburrida para muchos. Sin embargo, he aprendido a encontrar pequeñas alegrías en este ajetreo. Por ejemplo, en mi propia versión de un Halloween en casa, me gusta preparar una maratón de películas de terror, desde clásicos hasta las más recientes, todo mientras reviso mis pendientes. Al final, la risa o el sobresalto por una escena impactante se mezclan con el sonido de las teclas de mi teclado. ¡Eso sí que es multitasking!
Así que, aunque el Halloween y el Día de Muertos pasen sin fiestas y sin salir de casa, cada año mi celebración se sigue transformando en algo único. Puedo estar trabajando, pero eso no significa que no pueda disfrutar de la magia de estas festividades. Las dulces tradiciones, la reflexión sobre lo que hemos perdido y la creación de un ambiente especial en mi hogar hacen que, aunque parezca aburrido, mi manera de celebrar no sea menos valiosa.
No se necesita una gran fiesta o un disfraz elaborado para celebrar así el Halloween y el Día de Muertos. Un acto de amor, un recuerdo significativo, y sobre todo, un toque personal son suficientes para hacer que estas fechas se sientan auténticas, incluso desde la calma del hogar.
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