Ya te extrañaba

Digo, ahora no hay motivos o razones para extrañar a las personas y los que extrañan a alguien más, es porque quieren hacerlo.

Tal vez sean masoquistas y extrañar a alguien los haga sentir vivos, eso o tal vez, solo tal vez, no dedican tiempo a sus relaciones.

Los que extrañan a alguien que esté en este plano y realidad, es porque quieren extrañar.

Acaso ese no es uno de los ganchos de ventas de la mensajería instantánea, no es con lo que nos convencio WhatsApp de instalar la app, acaso no es el argumento por el cual nos convencen las compañías celulares para contratar cada vez más y más datos, para no extrañar a las personas y estar conectadas a ellas en cualquier momento.

Aquí alguien está mal y no creo que sean las aplicaciones que nos conectan, sino las personas que se desconectan y encima de eso, encima se quejan de extrañar a los demás.

Bien, no estoy diciendo que deberíamos enviar 33 mensajes continuos a nuestros seres queridos, pero si hay que prestarles atención, dedicarles tiempo y ser proactivos con ellos. Tal vez no se pueda verlos diario, tal vez no puedas estar en contacto constante, pero actualmente solo extrañan las personas que quieren extrañar.

En ese caso si quieres extrañar a una persona, no se lo eches en cara, y no le digas “te extrañaba muchísimo”, porque la extrañas porque quieres; digo, creo que esto de estar comunicados es algo mutuo, y una vez leí por ahí una crítica social en la cual se cuestionaba a las personas que pasivo-agresivo reclamaban a su entorno porque ya no interactuaba con ellos, hay que recordar que, si las personas no te hablan, tu puedes hablarles a ellas.

Así que, si extrañas a alguien, la solución es hablar con esa persona.

Actualmente los que extrañan, lo hacen porque quieren hacerlo.

La modernidad del mundo digital ha cambiado nuestra vida y antes, antes sí, nos la pasábamos extrañando a nuestros amigos, conocidos y familiares, sobre todo aquellos que nos quedaban lejos y verlos, escucharlos, abrazarlos o saber de ellos, era algo que sucedía cuando las estrellas se alineaban de forma correcta; pero esos son tiempos de la prehistoria, ahora no se extraña a nadie, bueno, si se extraña y es por puro gusto.

Esa es la razón por la cual se me hace ridículo que me digan que me extrañan, como si fuese un reclamo, digo, la solución para no extrañar a alguien comienza por un hola.

A mí me extrañan, con todas mis ocurrencias, tonterías y frases épicas, porque quieren, ya que yo estoy aquí dispuesta desparramar por y con el mundo todo eso que tengo en la cabeza.