Westworld 2×07 Les Écorchés

Este episodio es por mucho, el mejor episodio, no solo hablando del mundo de Westworld, el cual comprende sus dos temporadas, oh no señor, la calidad, dinamismo y emociones que maneja Les Écorchés hacen que este sea uno de los mejores episodios del mundo de la televisión.

Simplemente es magistral y en este episodio convergen no solo personajes, sino partes medulares en esta historia, y lo mejor de todo es que el planteamiento que se hace sobre la humanidad, trascender y la búsqueda de la vida eterna hacen que este episodio te vuele la cabeza, además, aparecen muchos personajes, hay muchas muertes y suceden cosas muy importantes que afectan toda la trama de Westworld.

Eso fue impactante, y alerta de Spoilers regresa Ford, cuando pensábamos que este personaje ya no tendría relevancia en la historia y solo sería un recuerdo; justo cuando pensábamos eso, regresa a darle más misterio y al mismo tiempo resolver muchos de los enigmas de Westworld.
Pero además suceden otras cosas clave en la historia, dos de nuestros protagonistas William de Negro, y Maeve son heridos gravemente, tan mal están que de no ser por su plot armor, juraría que están a punto de morir.

Además de eso suceden encuentros de gran relevancia entre muchos personajes, y estos encuentros dan sentido a el mundo de laberintos y juegos que creo Ford y Delos hace tantos años atrás.

Pero, ¿de qué trato?, pues todo comienza cuando descubren que Bernard es un anfitrión más escondido entre los humanos, esto hace que la corporación DELOS comience a buscar sobre la pista correcta, pero, mientras investigan en los recuerdos de Bernard vemos lo que sucedió horas antes de este descubrimiento, cuando Dolores llega a las oficinas y va a buscar algo muy importante, mientras todos creían que ella quería los respaldos de los servidores, descubrirán muy pronto que lo que ella había planeado era destruirlos, porque dentro de sus acciones se comienza a develar que este no es un parque de diversiones común, noooo, este es un lugar que alberga la conciencia de los hombres más ricos del mundo para traspasar esa conciencia a los cuerpos de los anfitriones.