Ve el lado bueno de las cosas

¿Te ha pasado que estás en el hoyo, más triste que perro abandonado, y llega alguien con la frasecita Ve el lado bueno de las cosas? ¡Uf! Dan ganas de mandarlo a freír espárragos, ¿verdad? Como si uno quisiera revolcarse en la miseria a propósito. ¡Pero bueno!, respira hondo y acompáñame a analizar esta situación tan… peculiar.

Cuando el optimismo ajeno te cae como patada de burro

Sí, ya sé, la intención es buena. Quien te dice ve el lado bueno de las cosas seguramente quiere animarte, sacarte del bache. Pero a veces, en lugar de motivar, lo que logran es sacarte de quicio.

El Arte de minimizar tus sentimientos

Es como si tu dolor no fuera válido, como si estuvieras exagerando. Y claro, eso no ayuda en nada. A veces, lo único que necesitas es que te escuchen y ya, pero no, ahí está el optimista empedernido diciéndote que todo pasa por algo y que después verás el lado bueno de las cosas.

¿En serio creen que no lo había pensado?

¡Obvio que uno quiere ver el lado bueno de las cosas! Pero a veces, es difícil encontrarlo. Y que te lo digan así, como si fuera una solución mágica, ¡no ayuda en nada! Es como si te dijeran “si tienes hambre, ¡come!”. ¡Gracias por la idea, genio!

Ejemplos clásicos (y odiosos)

  • Te despidieron del trabajo: “Ve el lado bueno de las cosas, ¡ahora tienes tiempo para buscar algo mejor!”.
  • Tu novio te cortó: “Ve el lado bueno de las cosas, ¡seguro encontrarás a alguien mejor!”.
  • Se te cayó el helado: “Ve el lado bueno de las cosas, ¡al menos no te ensuciaste la ropa o no engordarás!”.

El secreto está en el timing (y en la empatía)

Ojo, no estoy diciendo que el optimismo sea malo. ¡Claro que no! Pero hay momentos y momentos. A veces, lo mejor que puedes hacer es escuchar, abrazar y decir “entiendo cómo te sientes”. Ya habrá tiempo para buscar el lado bueno de las cosas.

Así que, la próxima vez que alguien te diga esa frasecita mágica, respira hondo, sonríe y dile: “Gracias, aprecio tu intención. Pero ahora necesito un abrazo y una pizza”. ¡Seguro lo entenderá! Y si no, ¡mándalo a freír espárragos con cariño!

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com