Todos tenemos nuestro lugar en el mundo
Y si tienes la suficiente suerte, puedes decir que has encontrado ese lugar que llamas hogar, ese lugar en el mundo que es tuyo, ese lugar en dónde todo puede ser posible, EL LUGAR AL QUE PERTENECES, y si tienes la suficiente suerte, descubres que ese lugar no se mide en metros cuadrados, ni está delimitado por paredes, si tienes la fortuna necesaria, puedes encontrar ese lugar al cual pertenece tu corazón.
Muchas personas pasan toda una vida buscando este lugar, algunas les toma mucho tiempo, muchos viajes y mucha energía encontrar ese lugar que tenga ese efecto mágico, pero no solo es sentir que perteneces a un lugar, sino realmente encontrar eso que tanta falta te hacía, eso que te hizo recorrer grandes distancias para encontrar aquello que te dejaba un hueco en la panza, en el alma, en la mente, el corazón todos juntos o indistintamente.
Es curioso no te parece, a veces no sabes que pasa pero sabes que algo te hace falta, algo necesitas, algo te llama con tanta fuerza, como la fuerza de gravedad que te mantienen pegado a la tierra, esa misma fuerza es la que te hace recorrer el mundo y la vida buscando eso que te llama por tu nombre, que escuchas a lo lejos, pero no sabes dónde está, solo sabes algo, que necesitas encontrarlo, esa es la única certeza que sabes, que necesitas emprender un largo viaje, tal vez a tierras lejanas y exóticas o igual y solo recorrer nuevos caminos, para encontrar eso que te atrae, ese lugar al cual perteneces, eso que estas buscando.
Sabes, yo pase casi 28 años buscando el lugar al cual pertenecía, siempre pensé que eso que me hacía tanta falta estaba lejos de mí, en otros países, en una carrera glamorosa, con personas de otros países, personas jóvenes, culturas exóticas; pero resulta que pase mucho tiempo buscando algo que tenía en frente. Resulta que me di cuenta que todo aquello que mi corazón anhelaba no estaba al otro lado de mundo, sino frente a mis narices, mi hogar.
Eso que buscaba no está en otras latitudes, MI HOGAR ESTA AQUÍ, el lugar que me vio nacer y crecer, esta ciudad llena de posibilidades.
Supongo que cada quien tiene su lugar a donde pertenece, un lugar en el que su corazón está bien arraigado o se arraiga en un momento de la vida, un lugar al cual llamar casa, y el mío es la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes y cosmopolitas del mundo, el Distrito Federal compuesto por 16 delegaciones y casi 21 millones de personas en una pequeña porción de tierra; para mí este pequeño valle es mi hogar, es el único que he conocido y al único al cual llamare casa.
Amo y adoro el DF, no solo mi casa, sino también mi mapa de aventuras, un lugar único y lleno de personas raras que me recuerdan que vivir es muy divertido. Una ciudad llena de problemas y retos que me gusta transformar en oportunidades, de hecho, estos días he tomado todos esos problemas que me agobian con la idea de convertirlos en desafíos y después oportunidades.
Porque eso es lo divertido de esta vida, como lo he dicho siempre parafraseando esa gran frase de la cultura pop “a darle átomos”
Aquello que busque por mucho tiempo, esa pista que seguía como si fuera un fantasma, aquello que me ayudará a por fin empezar a entender quién soy, quien es Yesica Flores, por fin comienza a ser un rompecabezas de muchas piezas y creo que ninguna falta.
Porque ahora estoy donde debo estar, ese es un gran principio, bien puede ser que uno encuentre eso que busca recorriendo el mundo, bien puede ser que después de recorrer el mundo, descubras que el lugar al cual perteneces es el lugar donde empezaste tu búsqueda; pero no por ello uno deja de buscar y aventurarse, ya que esa es la única manera posible y lógica para encontrar el lugar que te hace feliz.
Puede resultar irónica esta búsqueda y descubras que no debiste moverte ni un solo metro para ser feliz, pero hay búsquedas que uno tiene que hacer, tal vez parezca imposible dejar un lugar por miedo a lo desconocido; pero cuando escuchas una voz misteriosa que te llama a lo lejos, no seguirla puede volverte loco.