Todos merecemos una segunda oportunidad

Alguna vez has pensado en que si la vida te diera una segunda oportunidad todo sería diferente, si en tus manos tuvieras la oportunidad de hacer algo mejor, algo diferente, le demostrarías al mundo de que estas hecho; sólo hace falta que la vida te de una segunda oportunidad para demostrar todo de lo que eres capaz.

Es bien raro, pero a veces podemos pasar toda una vida anhelando esa segunda oportunidad, no para reinventarnos o corregir nuestros errores, esperamos esa oportunidad para redimirnos y reivindicarnos en la vida. Por esa oportunidad muchas personas ruegan a la vida.
Es más, a veces rogamos a otras persona por otra segunda oportunidad para hacer las cosas bien, para cambiar, para demostrar, para mejorar, para ser eso que siempre quisimos ser.

Todos, no lo niegues, tú, yo y los demás, todos sabemos lo que es anhelar una segunda oportunidad.

Tal vez apelamos a nuevamente se nos de la confianza de alguien, o bien, podemos buscar nuevamente el cariño de alguien y su compañía, o hasta le pedimos a la vida una nueva oportunidad para hacer las cosas diferentes. A veces se nos concede, a veces no, y es por todas esas veces que nos han dicho que no a una segunda oportunidad que entendemos y valoramos como algo muy importante ese segundo chance de hacer bien las cosas.

Sólo hay que recordar de forma vivida, la última vez que anhelamos de corazón esa segunda oportunidad, y te estoy pidiendo que en este momento recuerdes esa vez, esa última vez que imploraste con todo tu corazón que te dieran otra oportunidad para comenzar de nuevo, esa vez en la que pedías que la indiferencia se acabará, en la que rezabas desde lo más profundo de tu ser por esa indiferencia.

Yo sé bien, tanto como tú, lo que es anhelar por una nueva oportunidad, una oportunidad por la cual empeñarías el alma, tu nobleza y lo mejor de ti, esperando que alguien crea en ti, esperando que alguien te de otra oportunidad, esperando con ansias por una segunda oportunidad.

Yo sé lo que es eso, por ello nunca pienso dos veces cuando alguien pide una segunda oportunidad, y si lo piensas con cuidado, tú también deberías conceder esas oportunidades extraordinarias a todos, te sorprenderá la cantidad de personas que te sorprenderán positivamente con esa oportunidad.

Claro, si te piden una tercera, cuarta, quinta, sexta, esa persona nunca va a cambiar; pero todos tenemos derecho a demostrar quienes somos y redimirnos en el proceso.

Así que si le damos una segunda oportunidad a todos, incluso a aquellos que a veces no lo merecen, porque no darle una segunda oportunidad a un perro callejero.
No sabemos cómo término vagando en la calle, pero la indiferencia que se tiene al problema, no sólo nos está matando o matando lo bueno que hay en nosotros, sino que está matando de forma cruel y desconsiderada a esas criaturas tan lindas y compasivas.

No hay que ser indiferente frente a este problema, hay que ser activos y dar una segunda oportunidad a un perro callejero, al adoptar a uno de estos seres vivos otorgas una segunda oportunidad y tú y yo sabemos que esos son milagros y se rezan por ellos.

Haz un pequeño milagro y dale una segunda oportunidad a un perro callejero, adopta y haz más grande a tu corazón y a tu familia.

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