Todos buscamos una conexión
Sin conexión estamos perdidos
Mucho tiempo de mi vida, en verdad muchos años, me negué a este hecho, y no solo eso, también lo rechazaba y alegaba con gran vehemencia que no se necesita de los demás, nada, absolutamente nada, y solía ver como una gran pérdida de tiempo, así como con fastidio las interacciones con los demás, porque no necesitamos nada, porque no aportan nada y finalmente, no se requieren conexiones y en una práctica del tipo nihilista, negaba el valor que tienen las interacciones con los demás.
Realmente me jactaba de no necesitar y no querer conectar emocionalmente con otro ser humano; pero hoy me doy cuenta que todo apunta, siempre, a esa conexión y cuando no la logramos sufrimos por ello, y sin darnos cuenta nos aferramos a crear conexiones dónde no existen, porque así de mucho las necesitamos.
Así es como llegamos a este preciso punto de la vida, en el cual las personas son solitarias, tristes y depresivas, y además de miseria hay otro elemento en común y es el anhelo ferviente de conectar para dejar esa soledad, ese vacío y de alguna forma encontrar eso que falta.
Aunque muchas veces no se sepa que es lo que falta, se siente ese vacío y siempre es relativo a la falta de conexiones.
Ese es el verdadero problema actual, eso es lo que nos tiene al borde del colapso y sufriendo siempre en cada momento de la vida, la falta de conexiones emocionales, la falta de hallar en otra persona algo conocido, la falta de intimidad, pero no física, sino sentimental, esa chispa cósmica, esa orgia de energía que sucede cuando otro ser humano te descubre y te permite descubrirlo.
Creo yo que eso, es lo que tiene a tantas personas tristes y sufriendo colapsos que intentan ocultar en la rutina, soportando trabajos que no disfrutan, haciendo las cosas solo por hacerse sin disfrutarse porque faltan esas conexiones que nos hacen sentir vivos, pero también nos hacen sufrir.
Tal vez esa sea la razón por la cual yo, y muchas personas niegan esa necesidad de conexión, porque al no obtener esa necesidad básica de contacto humano, de conectar emociones, lo más fácil es y será rechazarlas para no necesitarlas nunca más, para vencer a ese absurdo y estúpido sistema que nos hace anhelar y desear con mucha fuerza ser parte de alguien o algo más; y como ya es más difícil que encontrar una aguja en un pajar, es más fácil negarla y decir “quien necesita conectar”.
Sin importar cuanto rechacemos ese principio y neguemos esta premisa básica sobre comulgar con otro ser humano, lo necesitamos tanto como el aire, y las conexiones emociones son aquello que nos mantiene vivos, a flote y cuerdos.
Llámese amigo, pareja, confidente, algo, todos necesitamos una conexión, esa que nos haga trascender dejando en otro ser humano ideas, emociones y sentimientos.
Ahora lo veo todo muy claro y todo es acerca de las conexiones y como conectar con otras personas.