Filosofando

Tengo malos pensamientos

Y doy gracias porque nadie puede escucharlos, sino sería tachada de extremista, loca, spycho y probablemente un peligro ándate; a eso contesto que sólo tengo malos pensamientos e ideas vagas, que sólo son ideas que se pierden en el torbellino de locuras que pienso diariamente; ya que nunca convertiría en acción esos malos pensamientos, por ello me alegra profundamente que nadie más pueda acceder a ellos.

A todos nos pasa, A TODOS, no lo niegues; pero en mi caso tampoco no es que se diga que pienso cosas MUY MALAS, solo tengo malos pensamientos que me hacen preguntarme sobre mi verdadera naturaleza de manera inquietante.

No es que nuestra esencia sea el mal puro en persona o seamos la encarnación del mismísimo mal, el hecho de tener malos pensamientos, no nos hace malos, nos hace simplemente humanos; claro hay una enorme diferencia entre tener malos pensamientos y otra cosa muy diferente es llevarlos a cabo. Ahí radica la esencia del bien o el mal, en escuchar o no esas ideas para ejecutarlas.

Siempre ha sido muy recurrente en todo tipo de historias, películas, libros y series esa constante batalla entre esas partes: nuestro lado oscuro y nuestro lado bueno. Uno debe decidir constantemente y en todo momento si se queda en el lado de la luz o se pasa al lado oscuro con las decisiones que se toman en cada momento.

Tener malos pensamientos no nos hace malos, no es malo, porque tenerlos nos ayuda a diferenciar el bien del mal. Esa siempre ha sido la batalla, no es la ausencia del mal, es la elección del bien, a pesar de las tentaciones del mal los que nos eleva.
Y este post no es una santurrada para obligarte a ir a misa, o ser una persona religiosa, realmente esa no es mi intención, sino más bien estoy haciendo una reflexión en voz alta sobre la ética, moral y valores universales como lo son el bien, el mal, y la elección propia a través de la libre elección. Lo sé, suena bíblico, pero realmente no lo es.

No pretendo aconsejar que escuches a tu angelito, ese que te habla del lado derecho en ciertos momentos y luego sólo prestes atención a tu diablillo que dice cosas más divertidas, más bien quiero hacer consciencia de que en todos nosotros existe esa dualidad y depende, también de nosotros, cada uno en lo particular, saber a quien escucha.

Finalmente uno hace caso a esas ideas que parecen ser mejores y adecuadas, pero que pasaría si antes de seguir esos malos pensamientos o los buenos, que pasaría si los reflexionáramos o los entendiéramos y rastreáramos esa idea desde su origen, por el fin único del conocimiento.
En sí, ese es mi debate, el conocimiento personal, esta es una reflexión para entender que en nuestro interior hay una esencia buena y otra oscura, como lo dejaron claro los chinos con el yin y el yang.

Siempre me he considerado una persona correcta, recta, buena, honorable e incorruptible, pero ya sabes, todos son buenos hasta que dejan de serlo. Además, por más correcta que sea y siempre siga las reglas, no porque sean reglas sino porque es correcto hacerlo, incluso yo me descubro muchas veces con malos pensamientos, con ideas prejuiciosas e intolerantes, radicales y muy, muy fuertes contra los demás.

No es malo tener malos pensamientos, es malo no saber identificarlos; no olvides que esa dualidad del bien y el mal, existe en todos nosotros.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com