Te portas mal y no te traen nada los Reyes Magos
¿Quién no ha escuchado la frase “te portas mal, y no te traen nada los Reyes Magos”? Desde pequeños, nos educan en la idea de que nuestras acciones tienen consecuencias, y los días previos a la llegada de los Reyes Magos son el momento perfecto para comprobarlo. En México, estas fechas se llenan de emoción, magia y, a veces, un poco de culpa. La pregunta es: ¿cuántas veces nos hemos portado mal y nos hemos quedado sin regalos? Vamos a explorar este divertido tema que todos hemos vivido.
Las travesuras de la infancia
Durante la infancia, el concepto de portarse mal puede ser tan amplio como nuestra creatividad. Desde pequeñas travesuras como robar galletas de la cocina hasta situaciones más complejas como no hacer la tarea, todos hemos estado en esa zona gris de la conducta. La expectativa de recibir un regalo de los Reyes Magos, sin importar cuán traviesos hayamos sido, crea una mezcla única de nerviosismo y emoción. Al final, nuestro comportamiento se convierte en la paleta de colores que determina qué tan brillantes serán nuestros regalos.
- Travesuras comunes:
- No ayudar en casa.
- Hablar mal de los amigos.
- Romper objetos sin decir nada.
Cada vez que decidimos “portarnos mal”, también estamos añadiendo un pequeño toque de tensión a nuestra relación con la figura mágica de los Reyes. Esta relación es casi como una danza entre el miedo y la alegría, donde la posibilidad de quedarnos sin juguetes está siempre al acecho.
La realidad de esperar regalos
Cuando llega la noche de Reyes y vemos los zapatos limpios y listos, la pregunta inevitable es: ¿realmente hemos sido buenos? Los tratamientos a base de dulces, las peleas con los hermanos, e incluso los secretos compartidos son parte del juego. Sin embargo, muchas veces, esa sensación de estar un poco en el mal camino nos persigue. La ansiedad de no recibir nada por nuestro comportamiento se convierte en una especie de karma infantil.
Imagina la escena: los niños husmeando entre los zapatos, esperanzados, y luego… ¡nada! El sentimiento de decepción es real, y aunque a veces podemos reírnos de ello, hay un aprendizaje en todo esto. Portarse mal puede tener sus consecuencias, incluso ante la mirada magnánima de los Reyes Magos. Y, como dice la sabiduría popular, hay que tener cuidado, porque si eres muy travieso, ¡quizás sea Santa Claus quien se lo tome más en serio!
Reflexiones para una mejor actitud
La llegada de los Reyes Magos no solo se trata de recibir regalos; también es un momento de reflexión. Aquí hay algunas claves para que ese día sea aún más especial:
- Reconocer nuestros errores: Al ser conscientes de que portarse mal puede llevar a no recibir regalos, empezamos a valorar más lo que tenemos.
- Valorar la unión familiar: La Navidad y la llegada de los Reyes son momentos para disfrutar en familia, independientemente de los regalos.
- Cultivar buenas acciones: Si decidimos esforzarnos un poco más, podemos sorprendernos de lo que puede traer magia a nuestra vida.
Al final del día, el verdadero regalo no es solo lo que encontramos bajo el árbol o en nuestros zapatos, sino los momentos que compartimos, las risas y las historias que crea nuestra infancia. Así que, si alguna vez te portas mal y no te traen nada los Reyes Magos, recuerda que todos hemos pasado por ahí, y quizás la próxima vez sea distinto. Celebremos la magia de la inocencia y todos los aprendizajes que vienen con ella.
mmmmmmmmmm…. Pues no…. Y deberas que trate de portame bien en todo el año.
Pues entonces si por más que tratas, no te traen nada. Pues entonces pórtate mal, por lo menos te divertirás más.
si te creo…
Este 2013 que ese sea el proposito