Filosofando

Sonreír más

Después de largas sesiones de terapeadas con mis grandes amigos, llegue a una conclusión, tengo problemas de actitud, y sí, me río, porque siempre que uno descubre sus pedos mentales más graves, solo puede reír, además de que debería sonreír más.

Este fin de semana resulto extraño, porque normalmente yo soy la persona a la que se acude para pedir consejo, para conseguir una solución o en la búsqueda de sabiduría y paz interna; no es que yo sea más sabia que los demás, pero descubrí que preguntando, analizando y contemplando los problemas desde otra perspectiva, se puede encontrar una solución, por ello siempre las personas de todo el mundo, sí, ya expandí mis horarios de atención y elimine fronteras, ahora ayudo a mucha gente del globo terráqueo, que hablen español obvio, a encontrar alguna solución y no porque yo sea más sabia, prudente o madura que esas personas, que lo intento siempre, las personas acuden a mí porque hago las preguntas correctas.

Y es que es fácil hacer las preguntas correctas cuando tienes objetividad y no estás en medio de un problema, aunque a veces me resulta extraño eso de dar consejos o ser la consejera de muchas personas, por aquello de que a veces soy algo disfuncional y no tengo mucha experiencia de vida en muchas cosas, así que ¿cómo alguien puede pedirme consejo a mí?, como puede ser eso, muchas veces termino pensando que yo soy la que aprende de todos. Pero este fin de semana fueron mis más grandes amigos los que me terapearon a mí, en largas horas de sesión, en la que ellos tuvieron que oírme necear, y vaya que sé necear y ser testaruda; fueron ellos los que se convirtieron en mis salvavidas, de mis ideas necias y recurrentes, creo que terminaron muy hartos de lo que me atormentaba, así que por su bien de ellos, deje de hablar del tema, ahora creen que estoy bien.

Que creo que ya estaban hartos de mí, y mi misma recurrente idea, pero si no la decía en voz alta se iba arraigar en mi cabeza, como las baobab, de El Principito, si bien ya estaban hartos de mí, hay que reconocer que me escucharon. Digo, hasta los terapeutas improvisados de la web, necesitamos consejo en alguna parte de la vida profesional de ser un blogger de consejos, mmmmm, es como los psicólogos que necesitan un psicólogo, así mero pasa con los bloggers que damos consejos, necesitamos a alguien más que nos escuche. Que en mi caso particular, termina siendo toda la web la que me escucha, pero son muy pocos los que me dan consejo o feed back sobre mis dudas.

Si bien pase muchas horas en intervención de mis ideas con un par de amigos geniales, no al mismo tiempo claro está, obvio, soy lista y no voy a hartar a mis únicos dos amigos en el mundo, así que primero pasaba horas neceando con uno, hasta que se hartaba, entonces me iba con mi otra gran amiga, así alternaba su paciencia y me duro más, obvio.

Pero bien, algo se me quedo grabado de esas largas conversaciones, mientras Chris me regañaba por sufrir y necear por causas perdidas, mi otra gran amiga fue más prudente y solo me dijo “sonríe y ánimo”, ella no se clavó en juzgar, regañar, preguntar, analizar, sondear, ella solo me dijo sonríe, no lo haces mucho.

En un inicio pensé, mmmmmmm, sonreír y eso que tiene que ver con el problema original, acaso escuchará siquiera lo que digo, pero entonces me quede pensando en su idea y en como insistentemente me decía que sonriera para todo y para todos, que normalmente tengo una actitud muy seria y de pocos amigos y que me sorprendería los resultados que obtendría si fuera por la vida con una sonrisa, que así conocería a muchas más personas. Si bien, esta amiga no fue muy elocuente, creo que entendí lo que me quiso decir en pocas palabras y es que debo estar abierta a conocer a más personas, pero no se los permito, después de pasar mucho tiempo analizando sus breves palabras sobre sonreírle a los demás y la vida, me quede pensando que tal vez sea cierto y si sonriera un poco más a todos, podría permitirles a los demás conocerme.

Cómo diría mi papá, me tomo siempre las cosas muy a pecho, pero que quieren, desde que tengo 10 años me tomo las cosas a pecho, intentando hacer las cosas correctas, intentando hacer que todos mis actos tengan principios y estén basados en lo correcto de la vida, eso intento, hacer las cosas bien y resulta que en ese proceso me tomo las cosas muy a pecho, cuando la gente de mi edad, solo vive y se equivoca, yo trato de no equivocarme, yo trato de ser correcta e intentando hacer eso, termino haciendo las cosas muy serias, cuando tal vez lo único que debería hacer es sonreír y reír como lo hacen muchas mujeres.

Tal vez sea un buen experimento, sonreír a los demás y voy a comenzar hoy, hoy le voy a sonreír a todo extraño que se cruce en mi camino, no creo que una sonrisa me mate.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com