Solemos ignorar lo importante
Me pregunto por qué solemos ignorar lo importante, porque hacemos eso, y porque las cosas que importan, las cosas que pesan, las cosas que en verdad son importantes, las ignoramos, las olvidamos y dejamos que se pierdan en un mar de trivialidades, para enfocar nuestra atención, energía y tiempo, en todo eso que no importa en la vida, me pregunto, ¿por qué lo hacemos?
Esto no es algo únicamente que haga yo, o alguien aislado, y de forma mecánica, todos solemos hacer eso, y dejamos que la rutina y sus trivialidades nos lleven como barco de papel a la deriva, a dónde quieran llevarnos y nos alejamos de la “isla de la importancia”, para simplemente andar a la deriva, y es mera suerte y casualidad las cosas buenas que nos suceden.
Me pregunto, ¿por qué hacemos eso?, ¿por qué dejamos que lo importante se diluya en el flujo de la vida?, ¿por qué dejamos que la marea nos lleve?, ¿por qué?
Tal vez se pueda culpar a la rutina, la vida y sus complicaciones, que hace que la mente de una persona se pierda en pequeñeces, así como lo dice el dicho popular “una tormenta en un vaso de agua”, y esta es una gran metáfora de la vida, en la cual hacemos grandes las cosas que son pequeñas y hacemos que trasciendan de muchas maneras, así terminamos enfocándonos en las cosas que no importan y solemos ignorar lo importante, las cosas que pesan, las fechas que no se olvidan, las personas que valen en nuestra vida y así es como se pierden y sin darnos cuenta esos momentos y vivencias que nunca más volverán.
Y todo por la culpa de que solemos ignorar lo importante, de forma descarada y deliberada, y a veces no es porque seamos cínicos y descarados y dejemos que las cosas que importan se pierdan, a veces es el ritmo de la vida y que dejamos de ver, en verdad dejamos de ver las cosas que valen, y nos perdemos en las pequeñeces de los enojos, los conflictos, las molestias y las frivolidades de la vida.
Así que es nuestra tarea, una gran labor que todos debemos hacer diariamente, para no perdernos en las pequeñeces, si bien hay que lidiar con ellas, también hay que saber manejar, delegar y equilibrar lo que no importa, con las cosas que si lo hacen.
Creo que esta debería ser una reflexión para que nunca se olvide, aquello que importa, aquellos que nos importan y entender cómo se afectan estos, cuando los olvidamos o los ignoramos para enfocarnos en esas tonterías de la vida, que se olvidan más rápido de lo que sucedieron; mientras que, las cosas que importan, las cosas que no hicimos por esas cosas que importan, terminan pesando durante toda la vida.