Siempre hay que tener un plan B
Cuando algo está fallando, siempre hay que tener un plan B, un plan emergente y secreto de acción, para salvar el día. Digo, si los superhéroes saben cuándo recurrir al plan B, obvio, cuando todo se desmorona a pedazos, me pregunto, ¿por qué nosotros los mortales comunes y corrientes no podemos hacerlo?
Ahora, yo sé, es muy criticable y cuestionable cuando alguien sugiere como idea viable de vida, algo que sucede en una serie, película o libro, digo, después de todo, por más parecido que sea a la realidad, eso es ficción, y hay que entender que lo que sucede en las historias que vemos en la pantalla o leemos en los libros, son eso, historias, imaginación y mera ficción que alguien se le ocurrió, así que usar como argumento, una estrategia algo que sucede en las pelis, puede ser sumamente criticable.
A mi defensa debo decir que hay de historias a historias, y obvio, no estoy diciendo que hay que aplicar las lecciones, enseñanzas y moralejas de una novela, obvio no, no te estoy diciendo que te pongas REBELDE como en la novela RBD y vayas contra el sistema, tampoco digo que vayas a Telemundo a encontrar un modelo y rol a seguir, sino simplemente tomo algo que creo útil y valioso, y es saber cómo reaccionar cuando todo está mal, cuando todo va de la rechingada, cuando tus demonios internos y los monstruos del mundo exterior, de forma literal y metafórica, atacan tu ciudad y comienzan a tirar sin piedad aquello que construiste, como buen superhéroe, de la historia de tu vida, debes parar por un minuto, y pensar cómo vas a darle vuelta a la situación.
Los superhéroes, del universo DC o Marvel, es indistinto, nos recuerdan que siempre que van perdiendo, es momento de parar para sacar de la manga, el plan B, incluso cuando ellos no sabían que existían susodicho plan.
Siempre, siempre, pero siempre hay que tener un plan B
Bien, todas las cosas que se hacen en la vida, proyectos personales, actividades, ideas, tareas, emprendimiento, en fin, todo lo que sea hace en esta vida, tenemos una idea, una trayectoria y un mapa mental de como sucederá, y desde el momento cero, cuando inicia algo, tenemos una muy buena idea de que se hará, como sucederá y como se intervendrá en ella; y no es que seamos controladores, pero la noción de saber y entender que es lo que pasa, como sucede nos hace sentir en control.
Así es como trazamos los planes que ejecutamos en la vida, y ya sabemos que decir, como hacerlo, claro, con sus variaciones.
Lo que nunca tenemos en mente, es que todos los planes que hacemos se modifican, no solo por nosotros mismos, sino por la acción de las personas que intervienen en nuestros planes, y es que sin quererlo o queriéndolo, con buena intención o mala, las cosas que planeamos se modifican y se cambian siempre, y es una buena práctica, tener un plan B, para saber cómo reaccionar y cómo enfrentar una contingencia o que el plan inicial salga mal.
Dirían los grandes estrategas:
ESPERA LO MEJOR, PREPÁRATE PARA LO PEOR Y ACEPTA LO QUE VENGA
Ahora, puede ser un sabio consejo, pero también creo que hay que tener siempre un plan de contingencia, un plan B para el día a día, de esa manera nunca se va estrellar el barco de tu vida, hablando en metáfora, claramente.
Y esto de los planes alternos, me cayó el veinte el otro día, fue básicamente por un trabajo que no salió bien, y del cual esperaba mucho, pero mi subconsciente de alguna manera sabia, que había que tener un plan emergente para saber cómo reaccionar con la menor cantidad posible de pérdidas.
Ahí me cayó el veinte de la importancia de tener un plan B y si no se tiene un plan B que se esté gestando subconscientemente, hay que ser lo suficientemente listo para adaptarse a los problemas que suceden y salir de ellos.
Finalmente es tener siempre un plan B, y saber cómo reaccionar ante una contingencia, porque sin un plan B, es como dejar que un supervillano, estilo Thanos, acabe con el mundo, y uno desearía desaparecer.