El Blog de Yes

Lo mejor del entretenimiento

Notas Random

Siempre quise un Play-Doh

El tiempo vuela y, a menudo, nos encontramos mirando hacia atrás, recordando momentos de nuestra infancia que nos llenaron de alegría. Para muchos adultos, hay un objeto que evoca esos días de creatividad y diversión: el Play-Doh. En mi niñez, siempre anhelé tener un set completo de Play-Doh, pero diversas circunstancias me lo impidieron. Esa mezcla de colores y la posibilidad de dar vida a cualquier figura que imaginara eran una tentación constante.

Recordar esa añoranza por el Play-Doh me lleva a reflexionar sobre la inocencia de la infancia. Hoy en día, vivimos en un mundo donde la tecnología parece dominar cada aspecto de nuestras vidas, pero el valor de un simple juego de plastilina se siente más relevante que nunca. En un tiempo donde todo se vuelve digital, la conexión con lo manual y lo tangible puede ofrecer un alivio recreativo y emocional.

Para aquellos que también compartieron esta experiencia de querer un Play-Doh, es probable que recordar el aroma de la plastilina y la textura suave al moldearla sea un toque de nostalgia. Jugar con Play-Doh fomentaba la creatividad, la imaginación y, sobre todo, la diversión sin límites. Aunque la vida adulta trae consigo responsabilidades y metas, nunca está de más detenerse para recordar esos placeres sencillos que alimentaron nuestra creatividad en la infancia.

Es interesante observar cómo los niños de hoy tienen acceso a una variedad de juguetes que estimulan su imaginación, pero el Play-Doh sigue siendo una opción preferida. Este material, que invita a crear en 3D, ofrece a los más pequeños una forma de expresarse y explorar su creatividad. Sin embargo, las experiencias que se esconden detrás de cada figura hecha de Play-Doh son las que realmente marcan y que pueden unirse a esos cuentos que ahora compartimos con amigos y familia.

Quizás, tras todo este tiempo, todavía hay un rincón en nosotros que desearía sumergirse en un mundo de plastilina de colores. Entonces, no sería extraño pensar que, con la llegada de nuestras propias familias, querremos compartir ese deseo de crear con Play-Doh. Poder ver a nuestros hijos disfrutar de esa misma sensación que alguna vez anhelamos es, sin duda, un regalo que podemos transmitir.

Volver a jugar con Play-Doh no solo representa una conexión con nuestra infancia, sino que también es una manera de reconectar con el niño interior que reside en cada uno de nosotros. Abrazar esa parte creativa puede ser el antídoto perfecto contra el estrés y la rutina del día a día.

Al final del día, si alguna vez soñaste con tener un set de Play-Doh, quizás sea hora de cumplir ese anhelo. No solo se trata de un juego; es una invitación a redescubrir la creatividad que todos llevamos dentro, sin importar la edad. La vida nos invita a jugar, a crear y a recordar que siempre hay espacio para un poco de color en nuestro día a día.

author avatar
Yes
Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

Un comentario en "Siempre quise un Play-Doh"

  • Twozies que son juguetes muy tiernos, coleccionables y están disfrazados de diferentes animalitos. Son una excelente opción para regalar hoy y siempre. https://twozies.com.mx/

Los comentarios están cerrados.