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Usando el cerebro para moderar opiniones

Y es aquí cuando la libertad de expresión se ve un poquito cuartada, no por la censura, sino por el sentido común propio, en este caso creo que debería usar más el mío. Siempre he pensado y expresado abiertamente que este es un mundo libre, pero sobre todo y más que libre es el mundo donde vives y dejas vivir, dónde no solo la legendaria frase “el respeto al derecho ajeno es la paz” ayuda a que todos podamos convivir libremente sino que realmente aplicarla y dejar que los demás hagan y deshagan y a ti te vale gorro, es la clave de una coexistencia pacífica.

Usando el cerebro

Se bien que debo respetar a todos los demás y si en el proceso de ser ocurrente, criticar algo o alguien, me pase de la raya o herí susceptibilidades, me disculpo, cómo siempre lo he hecho. Sé bien que la responsabilidad que tengo al tener un espacio que ya es muy público y llega a más de 30,000 personas mes con mes, es grande. Pero también sería bueno que se tomara en cuenta que este es un blog irreverente, no es excusa; sin embargo al tener en mente que aquí solo se dicen payasadas, bueno, en su mayoría, nada es en serio, como que nadie debería tomarse tan a pecho las cosas.

Aunque si lamento meterme o inmiscuirme en la vida de los demás, no fue la intención, no es la intención y nunca lo será; respeto y admiro a todas las personas que viven en este mundo loco, que ciertamente es muy feroz.

Finalmente creo que tengo que agregar un tema más a mi lista de temas prohibidos, los cuales van:

Si en algún punto fui grosera, metiche, entrometida, inoportuna, intolerante o no filtre de manera adecuada mis ideas, ME DISCULPO. La intención de este proyecto es entretener y divertir a todos los lectores, no generar molestias o malestar para alguien.

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