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Si mañana estuviera en problemas, ¿me ayudarías?

Durante los noventas un fenómeno extraño de coaching tuvo lugar, en esos tiempos tal vez no se le conocía como coaching sino más bien como superación personal.
Si vivieron en esa época, seguro recordarán conmigo esas extrañas platicas en las que tus amigos, familiares y hasta conocidos, todos hacían la misma pregunta hipotética, si mañana estuviera en problemas, ¿me ayudarías?, es más, algunos iban más allá de la hipótesis y para descubrir quien realmente era un amigo y quien no, ponían extrañas pruebas a modo de test, en los que se ponía a prueba una amistad, pidiendo ayuda a otra persona y normalmente en todas estas formas de ayuda, el dinero era el factor determinante para comprobar si podías contar con alguien o no como un amigo.

Ya sabes, de repente recibías una extraña llamada de alguien, a veces ni era tan cercano a ti y te pedía ayuda urgente y claro, que le depositarás de $1,000 a $3,000 pesos; básicamente esa era la prueba de fuego para saber a quién podías llamar amigo en esos años, o bien eras víctima de un “amigo” que te taloneaba dinero fácil que no pensaba devolverte.

Extraño ¿no?, pero cierto; para muchas personas, sobre todo en esa década, la única forma para medir una amistad se hacía en base al dinero. Por cierto dato curioso, en esa misma década la prueba del amor verdadero consistía en la consumación del acto sexual. Solo puedo concluir que los noventas eran extraños y las formas que creíamos correctas para interactuar con los demás, eran igualmente muy extrañas.

Aunque todavía hay quienes siguen creyendo que la única forma para comprobar la veracidad de una amistad es con dinero.

Pero ahora las relaciones y el sexo han cambiado, antes el sexo era parte la conclusión de una relación amorosa, ahora es tan cotidiano, que no se pide como prueba de amor y más bien es algo que se da tan natural, incluso por aburrimiento a edades muy tempranas en la vida.

Aunque ya estoy desviándome del tema amistad, ayuda, complicidad y todas esas cosas relativas a nuestras relaciones cotidianas más comunes, esas que tenemos con nuestros amigos y las únicas personas a las que se les podría pedir ayuda.

Si bien el tema del amor es muy importante para nuestra sociedad, creo que la clave de nuestra vida social se centra en las amistades que tenemos y desarrollamos con todo nuestro entorno; y todos los problemas que de ahí se desprenden.
Supongo que mucho de esos problemas están por considerar a amigos a personas que solo son conocidas o incluso pretender que un contacto de nuestra networking también caiga en ese título. Creo que es muy peligroso olvidar que verdaderos amigos, confidentes y esas personas que siempre estarán para apoyarnos, esas son muy pocas y normalmente se cuentan con la palma de la mano.

Aún con esas personas, a las que podemos llamar verdaderamente por el título amigo en su concepto más noble y filosófico, incluso con esas personas a veces su ayuda como tal no es algo que podamos solicitar. No hay que olvidar que cada problema tendrá que resolverse de manera diferente y a veces pedir ayuda a alguien puede sobrepasar muchos límites desde la decencia hasta lo políticamente correcto.
Y bueno, hay de ayuda a ayuda, no importa cuánto quieras a una persona y que la puedas llamar hermano o hermana, si a mí por ejemplo me piden algo que va en contra de mis principios, mi moral y mi ética, es muy factible que no lo haga aunque sea mi amigo del alma y en el caso del dinero, pues si no tienes dinero para prestarle a alguien, pues ni cómo ayudar, aunque sea, repito, tu amigo más entrañable.

Además, no hay que olvidar que muchas veces el factor dinero, puede arruinar amistades largas, porque el dinero es lo que mueve al mundo; a menos claro está que cuando un amigo te pida prestado, tengas muy claro que ese dinero más que un préstamo fue una donación para alguien en desgracia.

A veces no hay que olvidar que la ayuda es algo que se pide, y que siempre está a consideración de la otra persona en si se da o no. No se puede exigir o pretender medir la calidad de una amistad en función de un préstamo o una ayuda.

Sin embargo para muchas personas es útil saber si sus relaciones amistosas tendrán algún provecho o utilidad futura, por eso hacen esas preguntas al estilo si mañana estuviera en problemas, ¿me ayudarías?, porque para algunas personas es útil anticiparse a contingencias futuras. Lamentablemente preguntar eso, es tan útil como preguntar “sí estuvieras en una isla desierta, ¿con quién te gustaría estar?”, son preguntas irrelevantes, tan simple como eso, porque en el momento que en verdad necesites la ayuda de alguien, es cuando sabrás con certeza esa respuesta.

Pero el otro día que estaba metida en problemas, mmmmm, bueno, realmente no estaba metida en problemas, pero en mi cabeza suelo ver escenarios y calcular los porcentajes de probabilidad de que sucedan; y hace como dos semanas un escenario negativo estaba al 15% de suceder, es más, creo que era menos del 10% de que fuera factible, y creo que 10% era mucho y en un cálculo real, la probabilidad de que eso malo me pasara era del 0.01%, sin embargo que pasará esa probabilidad del 0.01% para mí era la calamidad más grande que podía enfrentar en la vida, sin importar lo remota que fuera.

Una personalidad paranoica y un carácter dominante y controlador, no ayudan en esos casos, así que para enfrentar esa contingencia del 0.01% yo estaba trazando todo tipo de planes para emergencia, ya sabes, a tiempos desesperados, medidas desesperadas. Pero mis planes necesitaban de ayuda, de un cómplice, ya que muchos de esos planes necesitaban un conductor para la huida, así que solo recurrí a la única persona en este mundo que sé que puedo confiarle cualquier cosa y no me va a juzgar, a la única persona que puedo llamar verdaderamente amigo, cómplice, es más, hasta podría decir que es como mi Minion personal, y yo soy su villana favorita porque a todo me dice que sí y me ayuda, pero en ese momento quería saber que tan real podía ser su ayuda hablando de dinero, hablando de forma moral, espiritual y en todo sentido.

Si mañana estuviera en problemas, ¿me ayudarías?

Obviamente la respuesta de mi Minion, fue positiva, pero me preguntó y siempre lo hare, claro hasta que suceda una contingencia de ese tipo, que tan cierta puede ser la ayuda que nos prometen un día las personas.

Y saben, creo que la clave en pedir ayuda esta en informar lo menos posible a la otra persona, para que de esta manera no pongamos en peligro esa ayuda con el factor de moral, ética y dilemas parecidos; entre menos información sepa la otra persona de la ayuda que va a dar y el porqué, es mejor para esa persona.

Por eso soy de la idea de brindar ayuda, pero sin preguntas, simplemente si te piden algo razonable y dentro de tus posibilidades y más si es una persona que puedes llamar amigo, creo que a veces es mejor no preguntar y ayudar a esa persona SIN PREGUNTAS.

“No Questions Asked” Sin hacer preguntas

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Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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