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¡Se solicitan abrazos!

Sé que no es mi costumbre, yo no soy así; pero queridos extraños del internet escúchenme muy bien y con atención.

Llega un momento en la vida de todo ser humano en el que necesitará con mucha urgencia un ABRAZO, puede ser que el orgullo no le permita decirlo en voz fuerte y clara, como es el caso, tal vez solo se anime a decirlo en voz baja como una súplica, casi como un deseo personal que se le hace al universo mirando una estrella fugaz, una simple petición, tan sencilla pero tan lejana que suena irreal, un telegrama al cielo esperando que cualquiera lo responda.

¿Me das un abrazo?
Sí hoy necesito muchos, tantos que me atrevo a decirlo de forma “publica”, bueno relativamente.

Normalmente me aguanto las ganas, como regla general decidí NUNCA tener que depender de nadie, solicitar ayuda y mucho menos mendigar aprobación/cariño/comprensión; después de casi tres décadas de sobrevivir lamiéndome las heridas yo misma y usar como combustible de acción mi cinismo característico, creo que es tiempo probar una dinámica diferente, y esta vez mostrarme vulnerable, ok vulnerable no es la palabra, pero por primera vez en muchos años solicito un abrazo, me gustaría saber cuál es la diferencia y que es lo que sucede al hacerlo.

Seguramente y este experimento loco mío termina con la hipótesis de que la respuesta será nula. No lo sé, tal vez obtenga un abrazo, tal vez no.

Eso me lleva a muchas más preguntas que en este momento no puedo analizar, tal vez y en un momento más objetivo sí pueda plantear adecuadamente, HOY SOLO QUE SÉ que necesito un abrazo.

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