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Reseña de la serie Emily in Paris – ¿Qué tal está?

Aclamada por algunos sitios como la nueva “Sex and the City”, llega a la plataforma de Netflix la serie Emily in Paris, una nueva historia protagonizada por Lily Collins, quien interpreta a una joven mujer especialista en marketing, quien por una oportunidad laboral, debe viajar a Paris, para ayudar a la promoción digital de las marcas más lujosas de Europa para darle el toque y estilo americano.

Así que, teniendo eso como precedente, y que, potencialmente estamos frente a una nueva diva de la televisión, del tamaño y la envergadura de Carrie Bradshaw, un personaje icónico de la moda y el estilo, pero, sobre todo, un personaje que se convirtió en el rol de muchas mujeres, bueno, considerando todo eso, Netflix y Collins tienen que llenar unos zapatos muy grandes, lo que nos lleva a la pregunta que está en el aire ¿esta buena la serie Emily in Paris?

¿Qué tal está?, y lo más interesante, ¿si es la nueva Sex and the City que tanto hemos esperado?

Estas son muchas preguntas, claro, todas se enfocan en lo mismo, saber si esta buena o no esta nueva propuesta de Netflix, y la respuesta es NO.

Esta no es la gran serie revelación del año que habla de las relaciones interpersonales, es más, ni siquiera es la mejor serie de moda o que hable del mundo de fashionista, muy por el contrario, esta es una serie vacía, sin alma, que se enfoca únicamente a las interacciones que genera una mujer en su cuenta Instagram y lo hace de una forma muy superficial, para darnos una ligera y pequeña embarrada sobre el mundo de los influencers.

Digamos que la serie Emily in Paris es básicamente una serie que sigue la vida de una chica que se la vive posando para las selfies que va a subir a su cuenta Instagram; eso es lo único que veremos, en esta serie que carece de fundamentos, lógica o personajes interesantes.

Por lo que, cualquiera que haya comparado esta nueva serie banal y frívola en todo el sentido de estas palabras, con Sex and The City, bueno, seguramente lo hace solo para promocionar esta nueva serie o definitivamente es porque no vio ninguno de los dos tv shows de los cuales estamos hablando.

Si bien, Lily Collins es una estupenda actriz, el personaje que interpreta es bastante básico, y solo vemos en pantalla a una joven americana ensimismada en su persona y en Instagram, una mujer que solo vive para agradarle a todos los que le rodean, pero, sin interesarse nunca verdaderamente en ellos.

Ahora, tal vez, esta serie termina siendo tan decepcionante porque se compara erróneamente con Sex and the City, pero, hay que saber que estas dos series son muy distintas, como el día y la noche, y no tienen nada en común.

La serie original de HBO, no solo se enfocaba en una superficial chica adicta a la moda, noooo, quien opine eso nunca vio la serie, ya que, Carrie Bradshaw era una escritora culta, cosmopolita que se enfocaba en analizar y desmenuzar de una forma muy entendible las complejas relaciones interpersonales, y no solo hablaba de amor, también lo hacía con la amistad, como pilar en la vida.

Todo esto hacía que esta serie fuera profunda al vislumbrar las relaciones de una forma muy humana. Pero, cuando hablamos de Emily in Paris es una chica egocéntrica obsesionada con las redes sociales, únicamente con eso, esta serie no habla de amistad, no habla de amigos, no habla de los problemas de las relaciones, solo se enfoca de forma superficial en el mito del marketing de los influencers.

Ahora, tal vez, esta serie tenga su valor y hasta sea entretenida, claro, cuando se ve de forma aislada sin compararla con ninguna otra serie; tal vez, en ese sentido sea medianamente entretenida y pueda brindar un contexto social a las redes sociales, así como a las personas que viven todo el día metidas en ellas.

En lo personal, puedo decir que a mí no me gusto, me pareció aburrida, insulsa y ni siquiera profundiza en el complejo tema de las redes sociales y tampoco lo hace en la moda.

A Emily le falta altura, estilo y conocimiento para ser la nueva Carrie.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com