Reseña de la película Mientras el lobo no está
La película Mientras el lobo no está, dirigida por Joseph Hemsani, intenta explorar temas de amistad y el proceso de crecimiento a través de la historia de un grupo de niños en un internado. A pesar de su trama promesa, la ejecución deja mucho que desear, convirtiendo lo que podría haber sido una narración conmovedora en una experiencia cinematográfica bastante decepcionante.
Sinopsis de la película Mientras el lobo no está
La historia se centra en Alex, un niño problemático que es enviado a un internado ubicado en un bosque remoto, un lugar donde la disciplina es estricta y la libertad es casi un lujo. Ahí, Alex conoce a tres compañeros que comparten su deseo de escapar de lo que consideran un infierno institucional. Juntos, planean su fuga, inspirados por las historias de otros que han logrado salir.
Mientras desarrollan sus planes de escape, Alex se enamora de Daniela, lo que añade un matiz de romance a la historia, pero también resalta la falta de profundidad emocional en las relaciones y en el desarrollo de personajes. Un giro final revela que el director del internado, al que denominaron “el lobo”, es en realidad el verdadero antagonista, creando un contraste entre la fantasía y la dura realidad de la vida en el internado.
Un reparto limitado
La película Mientras el lobo no está presenta un elenco que incluye a Mauricio García Lozano, Luis de la Rosa, Miranda Kay, entre otros. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, las actuaciones resultan en una entrega poco convincente. La falta de experiencia y profundidad en la actuación de los jóvenes actores contribuye a que la audiencia no se conecte con sus personajes ni con las situaciones que enfrentan.
Una experiencia decepcionante
Lamentablemente, la película Mientras el lobo no está se siente como un intento fallido de capturar la esencia de otras historias similares, como “Eso” o “Cuenta conmigo”. Aunque se aborda el crecimiento personal y la amistad, el desarrollo de la trama es plano y predecible, lo que lleva a un sentimiento de déjà vu en cada giro de la historia. La narrativa carece de un guion sólido que permita construir momentos de tensión o emoción genuina.
A pesar de tener una durabilidad de dos horas, la película se siente extensa y, en muchas ocasiones, tediosa. El único aspecto que quizás se podría rescatar es la fotografía del entorno, que logra capturar la atmósfera densa del bosque y el internado, pero no es suficiente para enmascarar las debilidades del guion y las actuaciones.
Si bien hay una moraleja interesante relacionada con el miedo a los vivos en contraposición con el miedo a los muertos, esta idea no se explora adecuadamente, dejándola como un simple comentario al final de una experiencia cinematográfica insatisfactoria.
En conclusión, Mientras el lobo no está es una película que, aunque aborda temas con potencial, termina siendo una reflexión de los problemas frecuentes en el cine mexicano contemporáneo. A pesar de sus intentos de explorar la amistad y el crecimiento, su falta de originalidad y un guion deficiente la convierten en una experiencia que no recomendaría, ni siquiera para un vistazo casual en la televisión. Hay mejores historias que contar, y esta es, lamentablemente, un ejemplo de por qué muchas personas se muestran escépticas respecto al cine nacional.