Reseña de la película Glass (2018)
La película Glass es una obra que culmina de manera excepcional la trilogía dirigida por M. Night Shyamalan, uniendo momentos de intensidad y un enfoque profundo en el personaje de Elijah Price, o Mr. Glass. Esta entrega da un cierre magistral a un universo cinematográfico que ha fascinado a los amantes del género. A lo largo de la narrativa, el director juega con la idea de la realidad y la percepción de los superhéroes, creando un diálogo constante sobre lo que verdaderamente significa ser “extraordinario”.
Uno de los aspectos más destacados de la película es, sin duda, el impresionante desempeño de James McAvoy, quien encarna a varios personajes, incluidos sus alter egos, de manera brillante. Su capacidad para pasar de un personaje a otro en un abrir y cerrar de ojos es sencillamente asombrosa y aporta una dinámica única a la historia. McAvoy, con su actuación intensa, se convierte en el eje central que mantiene unida la trama, superando incluso a íconos como Samuel L. Jackson y Bruce Willis.
La narrativa comienza con fuerza, cuando la Bestia, interpretada por McAvoy, secuestra a un grupo de porristas, lo que desata una serie de eventos tumultuosos. Aquí es donde el Centinela, David Dunn (Bruce Willis), toma cartas en el asunto, involucrándose en una búsqueda que se convierte en más que un mero rescate. A medida que se desenvuelven los conflictos, la película presenta un ritmo ágil y entretenido, manteniendo al espectador en un estado constante de expectativa.
El desarrollo de los personajes es rico y multifacético. Samuel L. Jackson, en su papel de Elijah Price, se destaca por su ingenio y astucia, utilizando su inteligencia para intentar demostrar su visión sobre la existencia de las personas con habilidades especiales. Aunque la actuación de Bruce Willis puede parecer menos prominente en comparación con McAvoy, su contribución al desarrollo del personaje y su rol en los enfrentamientos es fundamental para la trama.
Uno de los elementos más intrigantes de Glass es su entorno, un hospital psiquiátrico donde los tres personajes se encuentran en un juego psicológico que se vuelve cada vez más complejo. La psiquiatra Ellie Staple (Sarah Paulson) juega un papel crucial, intentando desmentir lo que ella considera delirios de grandeza. La tensión en este espacio cerrado genera unas connotaciones adicionales sobre la locura y la genialidad, desdibujando las líneas entre la realidad y la ficción.
A medida que se desarrolla la historia, los giros y sorpresas son constantes, asegurando que el interés del espectador nunca disminuya. La película culmina de una manera que dejará a muchos reflexionando sobre su interpretación del concepto de superhéroes y villanos en un mundo que puede parecer bastante normal.
Glass es una experiencia cinematográfica que atrapa desde el inicio y se mantiene firme hasta su potente desenlace. La combinación de actuaciones sólidas, una narrativa bien construida y un enfoque en temas profundos la convierten en una pieza indispensable para los amantes del cine. Los personajes, sin duda, son el alma de esta historia, y su exploración invita al espectador a cuestionar su percepción de la realidad.
Sin duda, la película Glass se alza como un testimonio del talento de sus actores y del ingenio de M. Night Shyamalan, dejando a todos con ansias de seguir explorando este fascinante universo.
