Filosofando

Rendirse o no rendirse

Esa es la cuestión para todo en esta vida, para TODO, hablando de metas, de sueños, de objetivos, mmmmm, todo eso es lo mismo, bien, yo decía que esto aplica para cualquier área, de forma simple y sin darle vueltas al asunto, o eso tratare rendirse o luchar, aplica a la vida profesional, a la vida amorosa y a la familiar, mmmmm, bueno, también a los amigos.

Shakespeare no pudo definirlo mejor, si bien en los tiempos de Hamlet o cuando escribió Hamlet, el monologo era un poco diferente y se enfocada a la cuestión del ser, creo que sus sabias palabras hoy tienen una pequeña inflexión.

Monologo original de Hamlet

Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne… Es un final piadosamente deseable. Morir, dormir, dormir… quizá soñar. Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso. Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad. Pues quien soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el dolor penetrante de un amor despreciado, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal. Quejarse y sudar bajo una vida cansada, por el temor a algo después de la muerte – El país sin descubrir de cuya frontera ningún viajero vuelve- aturde la voluntad y nos hace soportar los males que sentimos en vez de volar a otros que desconocemos. La conciencia nos hace cobardes a todos. Y así el nativo color de la resolución enferma por el hechizo pálido del pensamiento y empresas de gran importancia y peso con lo que a esto se refiere, sus corrientes se desbordan y pierden el nombre de acción.

Adaptación moderna de Yes, resumida claro esta:

Rendirse o no rendirse, esa es la cuestión.

Si bien, para Hamlet estas palabras tenían otro contexto, si lo analizas ahora, creo que aplica más o en un sentido más profundo el eterno dilema sobre rendirse o continuar incansablemente, sufriendo injusticias, o infortunios y oponiéndose a la adversidad.

Sabes, en este momento no quiero sonar filosófica, ni mucho menos enredarte en mis disertaciones personales; pero a veces, cuando estoy parada frente a un gran reto; uno que me pone muchas pruebas y dificultades, siempre termino pensando que será más fácil: rendirme o no rendirme.

Creo que ahí radica el debate, no solo mío, sino de todos nosotros; creo que a veces es más costoso rendirse sin intentarlo que intentar toda una vida hacer algo.

Pero eso me despierta muchísimas interrogantes, sobre cuando uno debe detenerse y plantearse si eso vale la pena, si eso merece el esfuerzo o a veces plantea a un cambio táctico, a veces hay que rendirse un poco para ganar.

Y este loco debate mío sobre luchar o resignarme, surge ante mí por un simple y banal problema, rendirme ante mis deseos o no y no creas que hablo de deseos carnales, nop, bueno fuera, yo hablo de las tentaciones gastronómicas que están frente a mí.

Mucho tiempo había luchado para comer saludable, para estar en forma, para verme fit diciendo que no a todo tipo de platillos ricos, mmmm, bueno, que se diga que les dije que no, mmmmm, pues no, pero lo intentaba y luchaba con todo mi corazón a sus insinuaciones indecorosas, para que yo los comiera, para tener una silueta en forma.

Pero últimamente no sé si rendirme o seguir luchando hasta el final.

Rendirse o no rendirse, ese es mi debate.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com