Amor y Sexualidad

Relaciones: La clave es la reciprocidad

Alguna vez te has preguntado qué fue lo que paso en alguna de tus relaciones, ya sean amistosas o sentimentales, algo paso que simplemente no cuajo, esa persona perdió repentinamente el interés o tal vez fuiste tú.

Y sabes ¿qué es lo que pasa?, la mayor parte del tiempo, esas relaciones fallidas fueron ocasionadas porque alguien dio más ya sea atención, afecto, interés o acción, eso es lo que desgasta las relaciones, desde las más incipientes que apenas están naciendo o las relaciones de mucho, mucho tiempo. Dar y dar y dar sin recibir algo a cambio hace que uno se sienta vacío, sin nada más que dar, pasa en todo, amistades y amor pero suele ser más desgastante, por no decir frustrante cuando se trata de amor.

Hablando de amor, si no recibes de la misma manera o con la misma intensidad esas emociones que das, más temprano que tarde, sientes que estas cometiendo un error y que tal vez, sólo tal vez, no deberías dar así a manos llenas, algo que no sabes si se valora o se aprecia.
Cuando se habla de temas de amor hay algo que no se puede negar y es ese sentimiento constante de no saber qué hacer, por ello algunos dicen que amar es un salto de fe, pero pues bueno, tampoco es un acto ciego de fe, porque la forma en la que la otra persona reacciona y la manera en que responde y sea recíproco contigo te indica algo, te da pistas; siempre hay que recordar que el amor no es algo que se diga, sino que se hace.

Por ello hay tanto énfasis en dar en la misma medida, nos des más de lo que te dan, tampoco exijas más, sólo da en la misma medida que recibes; esa es la clave para una relación feliz.

Pero en este punto, tal vez te estés preguntando y entonces como va a crecer ese amor o esas acciones si siempre se da lo mismo que se recibe, sabes esa es una buena pregunta, que yo he pasado mucho tiempo analizándola, ya que si no das más, pues entonces no vas a recibir más nunca en la vida. Además está el otro tema, guardar tu amor o darlo a cuenta gotas sólo por seguir esa regla, de dar en la misma proporción es algo neurótico, pero debes ser listo o lista y entender que hay un punto en el que tienes que esperar a que esa relación se igual, se equilibre y todas esas acciones, cariños y atenciones tienen que ser equitativas, de tu parte y obviamente la contra parte.

Digo, no hay que ser un genio para entender que si siempre eres tu mandando mensajes, hablando como periquito en interminables monólogos que parece que nadie lee o escucha, o llamando, dando atenciones, dando cariño y casi nunca lo recibes de vuelta o a cuenta gotas, con mensajes breves, pues bueno, esa es una buena pista para saber que eres tú el único enculado, corrijo, enamorado de una persona que simple y llanamente no te quiere de la misma manera, por el motivo que sea.

Y eso lo tienes que entender, el que des más amor para buscar que te quieran de la misma manera, no pasara, tal vez con el tiempo, y mucho la otra persona se enamore de tus detalles, pero ciertamente esas relaciones son desgastantes.

Ahora lo que yo creo que debe ser, es dar mucho, obvio, sin esperar nada a cambio, pero date un tiempo razonable para ver qué tanto de ese cariño que diste, sin intención de que volviera regresa a ti, de esa forma pasando cierto punto te darás cuenta que el amor, el cariño y las atenciones es algo que debe ser parejo, si no lo es, casi siempre terminas con la horrible sensación de vacío, de haberla regado, de que te equivocaste.

Algo que debes pensar en tus relaciones.

Porque saben que, no hay peor sensación en este mundo, que ese vacío por haber dado sin medida, sin pensar en las consecuencias. Son normalmente esas personas las que terminen con graves agujeros no sólo en la panza, sino en el corazón, espacios que después nada ni nadie puede llenar.

Siempre da mucho, da todo de ti, no esperas nada a cambio, pero si no regresa tienes que entender y pronto, que eso es una mala inversión, la peor porque estas apostando el corazón. Tal vez el tiempo no parezca mucho, pero cuando pasa te das cuenta que si.

Además hay muchas relaciones nuevas que se terminaron, incluso antes de comenzar, porque una de las partes involucradas dio de más, lo sensato cuando se habla de amor, es dar en la misma medida, es ser recíproco, es dar de la misma manera que la otra persona esos comentarios, interés y atenciones.

Como lo dice la canción More tha Words, las acciones hablan.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

4 comentarios en "Relaciones: La clave es la reciprocidad"

  • Hola, prueba a amar a un asperger y luego amplías el artículo matizándolo. Chao

  • Es fundamental comprender que el amor es reciprocidad, para sentirnos amados y apoyados, para no sentirnos abandonados por la persona que está con nosotros en el momento que más la necesitamos, como una enfermedad grave o un grave problema personal de trabajo o de dinero, hay que estar en las malas situaciones, y no desechar tanto como se hace actualmente a la gente fracasada. Porque sin sensibilidad y empatía no puede existir el amor, tenemos que ponernos en la situación de los demás. Cuando nos percatamos que no hay amor compasivo en la relación, si necesitamos que nos cuiden y nos tienen abandonados, las sensaciones que sentimos ante la indiferencia, no es la del despecho o la infidelidad, sino la pura desilusión, de que todo se desvanece y se viene abajo, de que ya da todo igual.

    En el amor es preciso ser incondicional cuando la situación lo requiere. La conmiseración consiste en compartir el dolor ajeno, identificarnos y ponernos en la situación de los demás, y hacerlo nuestro. Cuando las cosas van mal, la mayoría de las veces es porque el amor llega disfrazado de omnipotencia e intentamos imponer nuestras opiniones e ideas al otro, y ese es un grave error. Si hay amor, la obligación por ayudar y proteger a la persona que amamos, nace de nuestro interior sin condiciones, con sosiego, y sin obsesión y sin apego. Cuando el amor se instala en el corazón de una persona, sobran los convencionalismos, las normas sociales, la moral e incluso la virtud. Todo sale con fluidez, sin esforzarse en exceso, y sin necesidad de luchar mucho por ello, con desenvoltura. El amor nos da valor, energía, constancia, disciplina, cuando se ofrece con total sencillez, no existen balanzas para compensar favores, ni cuentas que cobrar ni pagar, y nunca se reclaman compensaciones cuando es sincero.

    El amor completo no se deteriora con el placer del sexo, ni con su extinción, ni tampoco consiste en procurar que esté a gusto el otro a cualquier precio y circunstancia, procurando el bienestar de la persona a la que amamos, que nace de la libertad y el sosiego, es necesario pues para amar estar avezados siempre para el sacrificio, porque el amor se enaltece y se agranda en la renuncia que muchas veces la vida nos obliga a soportar.

    ARTURO KORTÁZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA ©

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