Daría mis recuerdos de la preparatoria por un helado

Ah, la preparatoria… esa etapa maravillosa o, mejor dicho, temible en la que éramos jóvenes, inexpertos y con hormonas rebosantes. Para muchos de nosotros, los recuerdos de la preparatoria son una mezcla de risas, drama adolescente y, por supuesto, una buena dosis de cringe. Francamente, si pudiera hacer un trueque en este preciso momento, daría todos mis recuerdos de la preparatoria por un helado. ¡Y lo haría por cualquiera!

Los momentos inolvidables (pero no tan buenos)

¿Recuerdas esas horas interminables en las que tenías que escuchar a un profesor que parecía hablar en un idioma extraterrestre? O esa vez que decidiste hacer un examen tipo “genio” y, en lugar de ello, obtuviste una calificación digna de un meme. ¡Qué días esos! La realidad es que los recuerdos de la preparatoria son como esas selfies que nunca subiste a redes sociales: llenos de potencial, pero a menudo vergonzosos. Aquí hay algunas de esas situaciones que con gusto, cambiaría por una bola extra de helado:

• El drama del amor adolescente: ¡Ay, el amor en la preparatoria! Esa montaña rusa emocional que te hacía sentir como si estuvieras en una telenovela. Los susurros por detrás, las miradas furtivas y, claro, el rencor que deja un “es que solo somos amigos”. Prefiero mil veces un helado en lugar de esos recuerdos de “relaciones” que terminaban antes de que el helado se derritiera.
• Las tareas grupales: No sé tú, pero para mí, cada tarea grupal era como jugar a la ruleta rusa. Siempre había uno que no hacía nada, otro que quería imponer su opinión y, claro, el que llegaba tarde. Si pudiera, me desharía de esos recuerdos de la preparatoria en un santiamén por un helado, porque, ¿quién necesita tantas peleas por un simple proyecto de ciencias?
• Los exámenes finales: Esa sensación de pánico que te invade cuando abres el examen y ves preguntas que jurabas nunca haber visto. Los recuerdos de la preparatoria se llenan de esas noches sin dormir, rodeado de libros y un océano de café. Un helado en lugar de esos recuerdos sería el mejor remedio para no recordar esas angustias.

Helados vs. Recuerdos: La gran batalla

Pero aquí entre nos, ¿qué es lo que hace que un helado suene tan irresistible en comparación con lo que recordaríamos como nuestra “mejor época”? Quizá es la idea de que en el helado siempre hay algo dulce y placentero que te puede sacar de cualquier mal día. Mientras que los recuerdos de la preparatoria a menudo vienen con un toque de humillación y miedos.

¿Qué sabor de helado elegirías?

Si realmente tuviéramos la opción de intercambiar esos recuerdos de la preparatoria, aquí hay algunas opciones que podrías considerar:

• Vainilla clásica: Para los que buscan lo simple, pero reconfortante. Lo mismo que olvidarse de ese examen de matemáticas.
• Chocolate intenso: Para aquellos que disfrutaron de un poco de drama en la preparatoria y quieren revivir esos momentos intensos en cada bocado.
• Frutas exóticas: Para los más aventureros que están dispuestos a olvidar incluso las situaciones más extrañas y retadoras que les presentó la vida escolar.

Al final del día, los recuerdos de la preparatoria son parte de nuestra historia, y aunque cambiaría algunos momentos incómodos por un helado, también reconozco que nos ayudaron a formar quienes somos hoy. Sin embargo, si un helado puede borrar esas absurdas escenas de la memoria, entonces definitivamente me apunto. Así que, la próxima vez que estés recordando tus días de preparatoria, permítete la risa y la nostalgia, pero también piensa en esos helados que te hacen sentir que, tal vez, están más cerca de la dulce vida que esa etapa llena de confusiones.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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