Cuándo te asustan
La vida está llena de momentos inesperados, ¡y a veces esos momentos son más aterradores que una película de terror bien hecha! Todos hemos pasado por situaciones en las que nos asustamos. Desde un ruido misterioso en la oscuridad hasta una broma de un amigo que parece haber salido de una película de comedia, hay muchos factores que pueden provocar un salto de corazón.
Cuando crees que estás solo y… ¡no lo estás!
Imagina que llegas a casa después de un largo día, apagando la luz y haciendo su camino hacia el sofá, listo para ver tu serie favorita. De repente, escuchas un sonido extraño proveniente de la cocina. Te quedas helado, mirando hacia la oscuridad, mientras tus pensamientos oscilan entre el “Es solo el viento” y el “¡Dios mío, es un fantasma!” A veces, tu imaginación es más creativa que cualquier película de terror. Cuando por fin decides investigar, resulta ser tu gato que, como buen “compañero”, ha decidido hacer sonar la bolsa de comida. ¡Gracias, gato! Ese fue un buen susto gratuito.
La clásica broma de grupo
Si hay algo que une a los amigos, es la capacidad de asustarse mutuamente. Desde esa vez que alguien se escondió detrás de la puerta y te grita “Boo!” justo cuando estás más concentrado en tus pensamientos, hasta el típico “¡Mira una araña!” que solo resulta ser un chicle en el suelo. Cuando estas bromas suceden, el primer instinto es gritar y luego, en cuestión de segundos, todos estallan en risas, incluyendo a la víctima. Después de todo, nada une más que compartir un buen susto.
La sorpresa en la película de terror
Ya sabemos que las películas de terror no son para todos, pero hay algo acerca de las escenas de sustos que nos hacen aferrarnos a la luz de la sala como si fuera un salvavidas. Te prometiste a ti mismo que no saltarías, pero ahí estás, apretando el cojín del sofá mientras gritas. Y lo peor de todo es que, en la próxima escena, alguien en el cine lanza una broma (“Spoiler: ¡No abras la puerta!”). ¡Nada como perder la dignidad entre un flujo de adrenalina y risas!
Cuando te “asusta” una notificación
Vivimos en un mundo digital en el que nuestras notificaciones suenan en cada momento. Te sientas en silencio, pensando que has alcanzado un estado zen, cuando de repente tu teléfono emite un pitido que parece un disparo en una película de acción. Te asustas, lo dejas caer y te sales una mesa en la pierna que suena más fuerte que la notificación misma. Resulta que era solo un mensaje de un amigo diciendo “¿Estás listo para la cena?” Lo importante de este momento significativo es que siempre puedes usar eso como una excusa si llegas tarde ¡“Lo siento, tuve un pequeño accidente con mi notificación!”
Un susto de la vida real
A veces, el mundo real puede ser aún más aterrador que cualquier monstruo. Ese momento en que te das cuenta de que has olvidado un examen o una presentación importante puede ser un auténtico susto. La adrenalina corre por tus venas y piensas que se te acaba el tiempo. En esas ocasiones, es difícil no reírse al recordar cómo un pequeño despiste puede desencadenar una serie de reacciones exageradas parecidas a las que verías en una comedia slapstick.
Los sustos son una parte inevitable y divertida de la vida. Cada uno de estos momentos, ya sea un ruido extraño, una broma de un amigo o la última película de terror, nos recuerda que no debemos tomarnos demasiado en serio. Al final del día, es mejor reírse de los sustos y recordar esas anécdotas que compartir con amigos. Así que, la próxima vez que te asusten, abraza ese momento y rinde homenaje a tu capacidad para reírte de ti mismo.