Filosofando

Preguntas hipotéticas que nunca deberías hacerte y mucho menos responderte

Siempre existe en la vida de todo ser humano momentos en los que el ocio es mayor al sentido común y uno se empieza a cuestionar sobre ciertas cosas. Y no me refiero a cosas importantes como el rumbo de la vida, lo que se espera de ella, qué mismos errores cometo hasta cansarme y cómo es posible que los siga cometiendo; NO, no, no hablo de ese tipo de preguntas que encaminan nuestro cuerpo y mente a la evolución continua, estoy refiriéndome a preguntas de cero relevancia existencial. Creo que empiezas a entender el punto, yo hablo de estúpidas preguntas que nunca nadie debería hacerse y mucho menos responderse porque su esencia es tan irrelevante y te repito tan estúpida que mencionarlas en voz alta es un insulto a tu inteligencia.

Y no estoy hablando de los temibles hubiera porque esas son cosas totalmente diferentes que nos atormentan y acosan de maneras incontrolables, los hubiera hacen daño al alma y al corazón porque reflejan ó proyectan al exterior deseos no satisfechos y frustraciones muy profundas; la verdad no veo nada productivo el preguntarse a uno mismo y si hubiera estudiado tal cosa, y si hubiera tratado con más ganas, y si hubiera tenido una oportunidad. Los hubiera son patéticos y solo te llevan a la calle de la amargura o al rincón del llanto, y me pregunto ¿te gusta estar ahí? Pues obvio que no, entonces nunca, mírame a los ojos y prométeme con sinceridad que nunca estarás en el terreno peligroso de los HUBIERA.

Continuemos.

Preguntas hipotéticas que nunca deberías hacerte y mucho menos responderte

Yo hablo de preguntarse estupideces a un mismo, cuestionarse sobre cosas tan ridículas y absurdas que todos los que oigan dicha interrogante estallen en risa, se queden con cara de estas drogado/a, o te digan es broma, ¿verdad?

Esas preguntas me gustan mucho y hacen que constantemente rete a mi mente buscando respuestas creativas y originales que respondan los grandes misterios de la irrelevancia. Pensándolo bien, creo que tengo una mente muy simple ó muy compleja tal vez y me agobia tener que pensar que voy a pensar en cómo resolver los enigmas de la vida, entonces mejor me pregunto qué pasaría si yo tuviera un poni.

Eso si es interesante, si yo tuviera un poni se llamaría Alfredo y le daría de comer galletas y pasteles, lo llevaría a pasear al parque y no permitiría que ningún niño se le acerque para molestarlo con fotos y/o paseos, pues qué es mi poni y no lo comparto.

O preguntas de otro tipo como estas:

¿Yo que sería, un superhéroe o un supervillano? mmmm creo que sería superman, si definitivamente sería superman y sería un héroe medio despistado que no pudo salvar a media ciudad porque llego tarde por andar perdido.

¿Qué pasaría si fuera un perro? Creo que no podría ser un perro callejero, porque si lo fuera terminaría muerto o hambreado, así que sin dudas tendría que ser un Frech poodle consentido con su vida arreglada, supera mimado y muy mordelón que se hace pipi en la alfombra.

¿Y si fuera lesbiana con quien andaría? Esa es fácil, si yo fuera lesbiana le tiraría la onda cañón a una amiga muy guapa, pero por supuesto, yo andaría con la más guapa.

Y como estas preguntas existen muchas, sigamos preguntándonos cosas así de ridículas, que sería de mí si fuera de vacaciones al desierto, o si me encontrará un cofre del tesoro, ó fuera raptada por alienígenas que haría para sobrevivir o escapar o me haría su amiga y viajaría intergalácticamente por el cosmos.

Ha, qué bello es imaginar idioteces a media tarde.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com