Filosofando

Porqué consumimos drogas

Tan solo queremos ser amados

Ya sabía que era una niña traumatizada, pero tengo que dejar de serlo, superar eso ya. No me había dado cuenta de todos los traumas que tenía.

Me estaba hundiendo en un pozo de nuevo, uno oscuro, al que suelo bajar muchas veces por propia voluntad, porque hay algo desde el fondo de ese pozo que no para de llamarme, no para de susurrar mi nombre…

Al no parar a analizar el sonido de esa voz, me veía atraída hacia las profundidades, ahogándome poco a poco, pidiendo ayuda entre líneas, pero nadie sabía verlo… solo yo.
Me di cuenta justo a tiempo, aunque aún estoy en el borde de ese precipicio, de ese borde que perfila el pozo que me atrae para que me adentre.

Tengo que empezar a aprender de mis errores, tengo que empezar a analizarme más a mí misma, constantemente, sin dejar espacio para las voces.
Empecé a consumir drogas por infelicidad, por sentirme atrapada en una vida que no me llenaba, para poder sobrellevar esas cosas que me hacían tan infeliz, esas cosas que me hacían desgraciada.

Al no tener un rumbo, al no saber el porqué de mi infelicidad, me fui adentrando más y más en un túnel sin muchas salidas.

Acabé la carrera que tanto odiaba gracias a las drogas, entonces eso me hizo pensar que era débil, que necesitaba de éstas para ser eficaz, para ser productiva. En lugar de arrancar el mal que me hacía tan infeliz, decidí proseguir haciendo las mismas cosas que me producían infelicidad con la ayuda de las drogas… Pero no puede uno engañarse a uno mismo por mucho tiempo, ni aún con drogas lo logras durante mucho tiempo.

Así que, infeliz, decidí cortar con aquello que me producía infelicidad. Sin embargo, me di cuenta que aún tenía muchos defectos, pues ansiaba ser lo que los demás querían de mí.

Solo intentaba agradar a los demás para que me quisieran, porque necesito que los demás lo hagan, por mi falta de amor propio. Vale que yo me quiera en cierto grado, pero no alcanzo a llenar ese agujero que hay en mi interior, ese que dejaron mis padres al abandonarme, esa falta de amor, ese abandono, ese sentir que nadie me quiere, el aislamiento y ruptura social, perdurará en mi corazón quizás, durante mucho tiempo.

Ya sabía que tenía una personalidad adictiva, debido a ese abandono, desarrollé desde mi pronta adolescencia un grado muy alto de adicción a las cosas y, para desengancharme de cualquier cosa lo que hacía era abusar de ese algo, hasta el extremo de aborrecerlo.

Lo peor que pude hacer fue el desarrollar la adicción hacia las personas.
Pero esta vez, sabía que no podía engancharme a una persona, que eso solo me llevaría a la autodestrucción, así que lo sustituí por drogas. Unas que podía tomar, sin ser tan nocivas, unas que me ayudaran a seguir adelante.

Pero las drogas, solo me hacían sentirme más aislada de los demás, más dentro de mí, más sola…

El miedo se apoderaba más, y más, de mí. Sabía que las drogas no eran la solución, que debía enfrentar las cosas, hacerme fuerte, quererme a mí misma… Así que pensé en una nueva droga, una, que me haría pensar sobre lo que hacía mal, que curaría todas mis heridas, y la probé… repetidas veces, hasta que llegué a meditar de verdad, hasta que realmente vi mis defectos. Solo buscaba una nueva salida de las drogas en las que yo misma me había hundido.

El miedo es tan solo una falta de amor, una falta de confianza en uno mismo.
Los que desarrollamos personalidades adictivas, hemos sido abandonados en nuestra infancia o no nos han querido lo suficiente. Arrastramos nuestros traumas, desde la adolescencia, la infancia… y si no sabemos controlarnos, nos hundimos en el fango de la miseria que nosotros mismos creamos.

Tengo una tendencia al suicidio, lo sé. Deseo mi autodestrucción y mi propia muerte. Porque me es muy difícil vivir conmigo misma. Porque abusaron de mí sexualmente, porque me abandonaron, porque me acomplejaron y porque en mi adolescencia me aislaron. Por todo ello, me cuesta comunicarme con los demás, me cuesta expresarme si no es a través de palabras escritas. Pero tengo que aprender a hacerlo, tengo que hacerme fuerte, tengo que luchar y dejar de compadecerme. Tengo que sustituir las adicciones negativas por adicciones positivas, por adicción a mis pasiones, adicción a aprender y a crecer, adicción a mejorar como persona, superarme a mí misma.
Sé que todos tenemos traumas, pero ninguno lo decimos, preferimos aparentar normalidad, aparentar que somos fuertes y que nunca nos hundimos…

Ahí radica el error, en no pedir ayuda, porque no queremos dar lastima, no queremos que nos miren con pena, queremos simplemente ser comprendidos, aceptados y amados.
Queremos ser amados… incondicionalmente.

No sé si podré superarlo, pero, no puedo dejar que mi pasado me condicione. Tengo que enfrentarlo, ponerme frente a él y decir: “hasta aquí, yo no soy más eso´´.
Mucha gente me quiere, y muchas veces no logro comprender por qué lo hacen, quizás es porque saben amarse a sí mismos, porque a mí me cuesta muchísimo quererme…
Dicen, que mis traumas me han convertido en alguien especial, muchos me califican de “tener cierto grado de locura´´, lo definen como una “locura buena´´. Pero, yo solo quiero ser feliz, dejar de sufrir… porque estoy muy, muy cansada…
Aunque quizás, es solo que me auto-compadezco y tengo que dejar atrás ya eso. Pero, hay días en los que el dolor vuelve, más agudo que otras veces…
He decidido cortar con las drogas.