En serio, porque aquello que no sólo no puedes tener sino que además te hace daño es lo que quieres urgentemente, con prisa y en dosis letales.
Algo así como una terrible adicción por la nutella, mmmmmm, aquí no aplica, olviden ese ejemplo y para este caso aplicaría mejor este. De esas veces que te cagan las nueces, mmmmm, mejor nueces no, chale tengo hambre, por eso hablo de comida, olvidémonos por completo de cualquier alimento y centremos nuestra atención en el objeto de estudio de hoy, es decir, existen un par de tenis viejos en tu cuarto que ya ni te gustan, huelen feo, están viejos, rotos y encima sucios, hubo un tiempo de la vida en que te medio gustaron, los usaste y por supuesto que los disfrutaste y mucho, pero esos años ya están muy lejanos y cada que los veas piensas que es basura y estas a punto de tirarlos pero siempre se te olvida, hasta que un buen día y tu hermano menor o hermana los encuentran, les echan un buen vistazo, les dan una buena lavada y manita de gato y comienzan a usarlos.
Mientras tú ves como el objeto que se te fue arrebatado empieza a adquirir y cobrar un nuevo significado, empiezas a recordar todas aquellas gratas experiencias y concluyes que son tus tenis favoritos, pero ahora ya no son tuyos y no por que los hayas regalado, sino porque tu mamá te hará la vida imposible si los reclamas, ¡pero son tuyos! O por lo menos lo eran.
Es curioso pero solo deseamos lo que no podemos tener, tal vez fue un ejemplo muy baboso, eh, no lo niego, mis ejemplos tienden a ser muy babosos, elaborados y sin sentido, lo reconozco. Pero es parte de la condición humana desear lo que no se puede tener, lo que es prohibido, lo que te hace daño y lo que te mata lenta, dolorosa y exquisitamente. Tal vez es parte de la raza humana ser medio masoquista y disfrutar de las cosas que te hacen daño, así pasa con las personas, uno se vuelve adicto a aquellas personas que no se pueden tener, tanto que la mente racionaliza de formas muy extrañas esas ideas.
Ah, pero en el momento que podemos obtener ese algo, esa persona, o ese objeto, NAAAAAAAAAAA, ya es aburrido, solo queremos lo que no podemos tener, cuando lo tenemos ya no lo queremos.
A lo mejor y esa es la clave del amor, por lo cual muchas parejas muy disfuncionales disfrutan de los mejores romances, porque los romances imposibles son los que más nos gustan, al mero estilo de Romeo y Julieta o la historia de que inspiro a Fernando Delgadillo a cantar sobre el amor platónico en “Hoy ten miedo de mi”.
Nos gusta lo que no podemos tener y si en el proceso la cosa se puso peligrosa, mejor aún.