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Pinche alarma no sonó

Hay momentos en la vida que se quedan marcados por la pura desesperación, y uno de esos instantes es cuando la pinche alarma no sonó. Imagínate lo siguiente: te despiertas de golpe, miras el reloj y te das cuenta que ya es tarde. Esa sensación de pánico que invade tu cuerpo es inconfundible. Tienes unos minutos, tal vez unos segundos, para decidir entre salvar el día o quedarte en casa con tu café frío.

El Despertar del Caos

Cuando la alarma no suena, el caos se apodera de la casa. Te levantas como si te hubieran electrocutado y la mente empieza a funcionar a mil por hora. ¿Te acuerdas de lo que tenías que hacer hoy? La presentación en el trabajo, la clase de yoga, la reunión con amigos… ¡Nada puede salir bien con este tipo de inicio! A lo lejos, el vestidor parece más un campo de batalla que un lugar donde te vistes y, por si fuera poco, la ropa parece esconderse justo cuando más la necesitas.

  1. ¿Te acuerdas de esa blusa que prometiste usar? ¡Sí, esa! Ahora se perdió entre las montañas de ropa sucia.
  2. Y los zapatos, ¿dónde estarán? El tiempo se consume mientras buscas la combinación perfecta (que no la tienes).

Y, por supuesto, mientras te arreglas, tu mente va dándole vuelta a la inevitable pregunta: “¿Qué hago si llego tarde?” En este punto, deberías pensar en el camino más rápido, pero en cambio, la angustia de no saber si llegarás a tiempo ocupa cada rincón de tu cerebro.

El Viaje Desesperado

Finalmente, sales de casa y te lanzas a la aventura. Con suerte, el transporte público está en su mejor momento y te lleva directamente a tu destino. Pero, seamos realistas, eso rara vez sucede. Algunas veces, sientes que la vida se conjura contra ti. Un par de litros de café no son suficientes para evitar el “ya se te hizo tarde” que inevitablemente te espera.

Y entonces, claro, pasa lo peor: llegas y ves la cara de tu jefe o la de tu profesor. Esa mirada combinada de frustración y preocupación se clava en ti como un puñal. Sabes que no puedes, ni con la mejor de las excusas, justificar el hecho de que la pinche alarma no sonó. Es como si el universo hubiera decidido jugarte una broma pesada, y tú eres su mejor chiste.

Estrategias para Novatos

La próxima vez que te enfrentes a la traición de la alarma, considera implementar algunas estrategias que te ayuden a prevenir este tipo de desastres. Aquí algunas ideas que podrían ser útiles:

  • Pon la alarma en otro lugar: Si está al alcance de la mano, será demasiado fácil apagarla y volver a dormir. Colócala lejos, para que tengas que levantarte para apagarla.
  • Configura múltiples alarmas: Si una no funciona, que no se detenga ahí. Una serie de tres alarmas puede salvar tu día.
  • Usa aplicaciones que requieren acción: Hay aplicaciones que, para que suenen varias veces, requieren que resuelvas un problema matemático o que hagas algunos ejercicios. ¡Una buena manera de arrancar el día!

La vida es demasiado corta como para dejar que una simple alarma te arruine el día. Así que, si alguna vez sientes esa punzada de pánico al darte cuenta de que la pinche alarma no sonó, recuerda que cada nuevo día es una oportunidad para levantarte con el pie derecho y vivirlo al máximo. La risa y un buen café pueden ser tus mejores aliados. ¡Así que no te preocupes! Mañana será otro día y, con suerte, la alarma sí sonará.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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