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Pelear por comida

Sé que eso de pelear por comida, suena algo gracioso que veríamos en un sketch cómico o el stand up de un comediante, no es algo que comúnmente se escuche en rutinas cómicas, pero es un tema interesante, sobre todo por cómo nos ponemos para defender nuestra comida, las cosas que nos gustan, es más, hasta podemos pelearnos por nuestros papas o en plan mega envidioso no querer compartir nuestros chicles. No sé porque, pero cuando se habla de comida surge en nuestro carácter lo peor de nosotros.

Justo cuando abrimos una balsa de papas nos transformamos en una persona completamente desagradable, capaz de morder el brazo de otra persona y atacar salvajemente para proteger nuestra bolsa de papas, la cual viene casi vacía; así ¿Quién carajos va a querer compartir?, ¿Quién?

Bien, todo esto de ponernos intensos con la comida, es bien gracioso cuando hablamos de cosas intrascendentales como pelearnos por no darle a nadie de nuestros Cheetos y ni de chiste querer compartir nuestros chicles; pero eso de pelear por comida es un tema algo sensible y muy delicado, principalmente porque en este momento, en el mundo, hay muchísimas personas muriéndose de hambre, sufriendo por de manera cruel y terrible por tener algo que comer, pensar que hay personas que de verdad conocen en un sentido terrible lo que es el hambre, es como muy pendejo hablar de que uno se pone a pelear porque le quitaron un pedazo de su torta, alguien mordió su taco o se comieron la rebanada de pastel que guardaste en el refri.

Ok, poniendo todo eso en proporción, me hace sentir muy mal conmigo misma ser tan trivial y armar un escándalo mundial porque alguien se comió algo que guarde en el refri o a la pasada mordieron mi comida. No solo me hace sentir superficial, sino muy, muy egoísta, de esas veces que uno se hace chiquito y quiere que lo trague la tierra, por ser egoísta e incapaz de compartir.

Pensar eso nos sensibiliza a todos, sin embargo, cuando alguien está apunto de comerse tu comida, es más, ni siquiera comerla, olerla, probarla o morderla, toda esa sensibilización y consciencia humanitaria se esfuma y en ese momento entras en plan survivor salvaje para atacar todo aquello que se mueva cerca de tu comida.

Sí, en plan pordiosero hambriento gritas de forma salvaje y cavernícola que nadie toca tu comida y quien lo haga que se prepare para perder un brazo en el intento, y no debería ser, deberíamos estar en un espíritu humanitario comprendiendo el concepto hambre y entendiendo que a nadie se le niega un bocado o la comida; PERO, justo cuando alguien quiere de tus papitas, tu torta, tu pastel, tu helado o lo que sea que estés comiendo, tu instinto animal primitivo surge y no comparte con nadie.

La comida nos pone violentos y separa familias, de hecho en mi casa, todos, todos, literalmente todos peleamos por la comida, obvio, la comida de cada quien y pobre de aquel ser humano que intente comerse la comida ajena, porque en ese momento se desata una batalla épica campal para defender tu comida, sin importar que sea un plato de Froot Loops o la pizza fría que sobre anoche, esa rebanada que nadie quería un día antes, de repente se convierte en el objeto más preciado que todos anhelan para sí.

Y no nos importa, perdemos toda capacidad humana para racionalizar y gritamos, MI MAMÁ SE COMIERON MI COMIDA, obvio, a mi mamá le vale pepinos, y eso desata la furia para defender lo que sea que te quieres comer.

El fin de semana pasado viví dos corajes monumentales, claro, por pinche envidiosa, lo acepto, de esas veces que me retorcía en mi bilis, porque yo no quería compartir; bueno eso no es del todo exacto, si bien soy perfectamente capaz de darle a los demás UNA PEQUEÑA PROBADA DE MI COMIDA, hay algo que no voy a tolerar y es el hecho de que otra persona afecte la integridad física de mi comida, es decir, que venga a ponerle sal, que la revuelva, que la convine y que le ponga otro ingrediente.

Cuidado el que pretenda hacer eso, porque de verdad, en ese momento va a conocer mi furia en su máximo apogeo, no hay nada que me moleste más que alguien poniéndole cosas que no me gustan a mi comida, puta, en mi casa son afectos a eso y si me ven comiendo tacos dorados sin queso Cotija, van por el pinche queso Cotija y lo traen para desmenuzarlo en mis tacos.

A lo que grito, jajajajaja, sí, grito, no me gusta el queso cotija, si quisiera tacos dorados con queso cotija, yo se lo ponía, PUNTO.

En serio, me molesta mucho que vengan a “arreglar” mi comida, eso paso el fin de semana pasado, justo cuando me serví un vaso de yogurth y encima le puse una buena ración, muy abundante de chocolate liquido Hershey´s, mi papá me pidió y no me muy buena gana quería, pero termine compartiendo mi yogurth, pero cuando le pase el vaso y empezó a revolverlo, explote y le dije que eso no estaba bien, obvio, fue mi reacción 20 niveles más alterada, pero le comente que no debía revolver mi yogurth, que era mi comida y solo le daba a probar.

Y nuevamente en la noche, justo cuando me serví mis froot loops y de nuevo me pidió, resulta que para él es una práctica común revolver la comida de los demás, para dejar todos mojados y húmedos mis froot loops, vaya, no hay nada que me guste más que el cereal aguado, SARCASMO TERMINADO, obviamente también explote, lección aprendida no compartir con mi papá nada que él quiera revolver.

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