Parque México, todos venden algo

En lo personal encuentro a este minúsculo parque simplemente encantador, un lugar ideal salido como de una película para ir cualquier día de la semana, sí, incluso entre semana es divertido y placentero ir a caminar, pasearte por sus pasillos que emulan un laberinto o sentarte toda la tarde a admirar el paisaje de este peculiar parque ubicado en el centro de la Condesa.

El lugar perfecto para romance, para convivir con tu familia e incluso llevar a pasear al perro, este parque simplemente es bellísimo y sus fuentes y lagos artificiales crean una atmosfera casi mágica que es coronada por la rotonda con sus pasillos que me recuerdan un gran teatro al aire libre, eso y cada vez que voy al parque mexico es una experiencia que no puedo olvidar, me la paso súper bien en compañía de personas inolvidables, igual y no es el lugar o igual y si y en este lugar la magia se respira.

Me encanta el Parque México ya sea porque llevo al perro a jugar con otros caninos o porque quiero tener una cita romántica inolvidable, este lugar transpira romance y buena vibra, un tiempo que transcurre lentamente entre platicas agradables, la brisa, el ruido que hacen las hojas de los arboles al mecerse, las risas de los niños, los ladridos de los perros jugando y el murmullo de la gente. Este lugar para mi es paz, claro, hasta que no eres acosado por cualquiera que busca en este tranquilo parque una víctima, digo, un comprador para cualquier cantidad de cosas estúpidas que pueda vender la gente.

Carajo, los vendedores ambulantes que acuden a este parque para vender no solo productos sino también ideas, están convirtiendo eso de ir al parque mexico en una pesadilla, una tan horrible que terminas acosado por:

Aquí el comercio ambulante toma otra dimensión y no es el clásico marchante de mercados o el centro, nooooo, es más bien gente clase media bien fresa, que se puso en plan emprendedor y empresario vendiendo porquerías que nadie quiere comprar en el parque mexico, digo, si tú te acercas a preguntar entusiastamente que te vendan algo es una cosa, pero otra muy diferente es que de forma invasiva y muy insistente invadiendo tu espacio vital te obliguen a comprar lo que están vendiendo, muchas veces son ideas y quieren que te hagas parte de algún movimiento loco o estúpido, que por más que digas NO GRACIAS, NO QUIERO eso termina siendo un acoso y de menos te hacen que les des el email.

Carajo, tomaron curso con los testigos de Jehová que no aceptan un no por respuesta.

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