Se han fijado que en nuestra relación con nuestros padres siempre hay uno al que se NECESITA MÁS que al otro, y no hablamos de amor, cariño o preferencias, sino NECESIDAD. Y es que cuando se trata de tus padres, normalmente necesitas a tu mamá para cualquier cosa, desde pedirle consejo amoroso hasta preguntas tan taradas como ¿dónde están mis cosas? o ¿cuándo estará la comida?, con nuestra madre la relación es más estrecha, supongo que tiene que ver con el carácter gentil y preocupón de toda madre, porque bien la fama de los papás es que son prácticos y lidian con cualquier problema transfiriéndoselo a su bella compañera o como le decimos afectuosamente “mamá”, de hecho existen muchos chistes recurrentes en los que solo necesitas a tu papá para encontrar a tu mamá.
Pero no son solo chistes, piénsalo y cuando te vas de casa, estas de vacaciones o lejos del lazo familiar, cuando llamas es una conversación así:
Tú: Hola Papá, ¿cómo estás?
Papá: Bien hijo, y ¿tú?
Tú: ¡También!
Papá: ¡Qué bueno!
Tú: ¿está mi mamá?
Papá: Sí, permíteme.
Tú: Mamá, ¿cómo estás? Te extraño un chorro, ¿cómo está el perro?, ¿nadie me ha llamado?, ¿podrías checar unas cosas que deje mal puestas en mi cuarto?
Y BLA BLA BLA BLA BLA por horas
Es extraño, pero normalmente nunca necesitas a tu papá, pero a tu mamá para todo, incluso que le de, de comer al hámster y si por alguna extraña razón no está tu mamá para preguntarle todo lo que le tienes que preguntar, pedirle ayuda o consejo y solo está tu papá o tus hermanos, pues entonces comienzas una búsqueda urgente.
Pero en mi casa debo confesarlo, sucede lo opuesto, a mi papá es la que yo quiero llamar para todo, es más, cuando contesta mi mamá es así medio incomodo, y le digo, pásame a mi papá.