Televisión y Cine

Opinión de True blood, última temporada

¡Qué bueno que por fin termino!, no cabe duda que hay cosas que necesitan terminar, aunque en un momento hayan sido extremadamente buenas, todo tiene que terminar y más cuando te das cuenta de que algo bueno se está convirtiendo en algo aburrido, dramático y sin sentido. Nunca lo hubiera pensado, nunca me hubiera creído que saber que True Blood terminaba me parecería buena noticia, pero lo es, sobre todo después de ver las dos últimas temporadas que francamente fueron muy malas.

A veces hay cosas que tienen que terminar y te hace muy feliz saberlo, porque ya no vas a tener que estar sufriendo aguantándolas, que eso pasa con las series que haces tuyas, las series que acostumbras ver, se hace una costumbre que por más que quieras romper, simplemente no puedes y ahí estas, en medio de cosas que no quieres ver o hacer, pero la costumbre es poderosa, hasta que finalmente terminan y te sientes liberado, que por cierto por favor, tambien ya terminen Supernatural y The Walking Dead, que simplemente han tenido las últimas temporadas argumentos tan malos y aburridos, que me hacen preguntarme, ¿Por qué estoy viendo eso?

Así le paso a True Blood una serie que cuando comenzó en 2008 era fresca, era entretenida y por supuesto se ganó muchos fanáticos rápidamente, entre ellos me incluyo, una serie que simplemente era irresistible, una serie que paso de ser buena a pésima en sus ultimas dos temporadas.

Que debo decirlo, la temporada 7 fue mala, pero no tanto como esta octava emisión de 10 episodios, en las que básicamente querían contar una historia que no contaron y optaron los escritores por mejor cerrar los capítulos de cada uno de los personajes que han aparecido recurrentemente en esta serie, incluso vimos reaparecer a Hoyt Fortenberry interpretado por Jim Parrack, para regresar a la vida de Jessica Hamby, la progenie del mítico vampiro Bill Compton que la temporada 7 fue el loco villano sádico de la serie y como un twist extraño, para cerrar la serie nuevamente se redime a ser el vampiro casi santo del cual se enamoró Sookie Stackhouse, interpretada por Anna Paquin, que en esta octava temporada debo decir se ve muy desmejorada, muy vieja, muy delgada, realmente muy demacrada y no creo que sea parte de la personificación del personaje.

Mi calificación para la última temporada de True Blood es de 5.5, malísima.

Mala y en un mal sentido, recuerdo cuando comencé a ver esta serie en su tercera o cuarta temporada, me parecía tan mala, tan pero tan mala que era buena, así que empecé a seguirla de forma recurrente en HBO, es más, hasta busque en la versión on demand de HBO las temporadas que me perdí y rápidamente me hice fanática de esta serie rosa, loca, violenta y llena de sexo y vampiros, me gustaba mucho, tanto que si entraba en el término fanática, por sus locas historias, por sus personajes extraños y la gran mezcla de teorías.

Pero las últimas temporadas fueron simplemente decepcionantes, sobre todo esta última con la que cierra su proyección en la pantalla chica.

Creo que muchos fanáticos y expertos en entretenimiento y críticas, todos concluimos, que bueno que ya termino.

Si no has visto esta temporada te pongo rápido al corriente y pasan de vampiros tipo zombies contagiados por hepatitis B a historias cursis en las que todos los personajes tienen su cierre.

Tara por fin encuentra paz en la muerte, Sam Merlotte se va a Chicago a vivir una nueva vida, Jessica regresa con Hoyt, Lafayette se encuentra nuevo novio vampiro y así todos y cada uno de los personajes son felices. Rayos, que pasó con aquellos finales de temporada en los que mataban a todos los personajes, ¿Qué paso?

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com