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Nos vemos en el metro bajo el reloj

Realmente no entiendo porque todo mundo lo dice “Va, nos vemos a las 4 pm en el metro bajo el reloj”.

TODOS de verdad todos, no estoy siendo exagerada ó innecesariamente reiterativa, pero esta curiosa frase ha trascendido tiempo, espacio y nivel socio-cultural de maneras inimaginables. Puedes estar sentado en el parque, caminando por la calle, viajando en el camión ó en la clase de mate y escuchas a Fulanita Pérez decirle a Perenganita Juárez “nos vemos en el metro bajo el reloj a las 4” y no es que seamos chismosos y estamos oyendo conversaciones ajenas pero ese cliché mexicano te jala, te llama y te hace recordar cuando te viste con alguien bajo el reloj a cualquier hora.

Cada que es preciso reunirse con alguien en el metro, el único lugar para hacerlo es bajo el reloj ¿Qué curioso? Los del metro deberían mercadear esa frase y usarla de slogan publicitario para su siguiente campaña, imagínense una toma panorámica del andén (cualquier estación) enfocando una linda chica sexy muy joven esperando bajo el reloj, con un head line que diga “Bajo el reloj a las 3”, todos los capitalinos locos sabríamos a que se refiere esta peculiar imagen y diríamos “OH Sí yo también he esperado bajo el reloj”

Haber que levante la mano el que no haya esperado alguna vez a sus amigos bajo el reloj. ¿Quién dijo yo?

Todas las estaciones vienen adicionadas con un reloj chafa, viejo y empolvado “Ermita”, “Polanco” “Mixcoac” la que sea, es más muchos de los condenados relojes no funcionan ó siquiera tienen mecanismo pero todos sabemos donde están y que ahí nos están esperando.

Pero por qué, será que así uno agarra ruta más rápido y mientras espera contemplando decenas de pasajeros en busca de buena suerte o es que definitivamente bajo el reloj no hay pierde ni opción a confusiones con la sentencia “Bajo el reloj” es clara, contundente y así no hay chance para que nadie se pierda ó no esté a tiempo.

Ya es institucional esperar bajo el reloj hasta se hace tráfico en esa área y todos nos conglomeramos a esperar bajo él, y mientras esperas bajo el dichoso y popular reloj puedes mirar a todos los que te rodean y con una mirada de aprobación, comprensión y complicidad con un rostro sereno un poco impaciente y asentar con la cabeza “sí también espero a alguien”.

Pá mi no hay pero que valga, que todos lo hagan y que sea lo más fácil no es suficiente.
Ya me cansó ese lugar como si no pudieran verse las personas en los torniquetes, en la entrada, en las escaleras, junto al mapa, enfrente del poli, en el puesto de revistas, junto a la marchanta de los dulces “Carajo, todas las estaciones también incluyen todos estos ítems”. Aunque es muy probable que nos perdamos durante una hora, pero es cuestión de principios y originalidad.

Así que la próxima vez que nos veamos en el metro es junto al mapa.

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