Filosofando

Nos aferramos al rechazo

¿Dónde está la lógica de hacer esa barbaridad?, porque digo, si algo te hace daño, y te lastima, pues lo natural sería dejarlo ir para evitar que siga provocándote ese daño, ah, pero no, parece que está en nuestro ADN o bien metido en nuestra cabeza ser necios y obsesionarnos con las cosas que nos lastiman y nos matan lentamente.

Acaso parte de la condición humana, es la preferencia por el sufrimiento y el rechazo, acaso es eso y simplemente nos gusta sufrir, ¿es eso?

En verdad, parece que estamos buscando el rechazo activamente, cómo si esa fuera la emoción del día, ese combustible de vida que nos hace movernos y cuando encontramos ese anhelado rechazo, lo atesoramos y lo nutrimos con tanto empeño, que obviamente no vas a dejarlo ir tan fácil.

Pero, ¿por qué?, en serio, por qué nos esforzamos en guardar aquello que nos hace mal, obsesionándonos con ello, compartiéndolo con nuestros más cercanos y desmenuzándolo como intentando hacerle una autopsia a un sentimiento negativo que no muere y solo crece más y más, como un cáncer emocional que corroe nuestra alma y todo porque nos aferramos al rechazo, con gusto y dolor, disfrutándolo y odiándolo.

No te parece eso absurdo, en verdad, cuando analizamos este tema desde afuera y como afecta el rechazo a una persona, eso no solo se ve enfermizo sino como la estrategia perfecta para ser infeliz, algo que solo hacen los que están bien mal de la cabeza; sin embargo, todos terminamos aferrándonos a esas emociones.

¡Todos!

Y esto no solo aplica al rechazo amoroso, también sucede en otros planos como el laboral o hasta el familiar, de tal suerte que cada que alguien nos rechaza, sin importar la razón en vez de dejar ir eso, o tal vez aprender de la experiencia, oh no señor, disfrutamos en nuestra miseria del temido rechazo, haciéndole una fiesta, una apología y una oda.

Así de aferrados somos cuando se habla del rechazo, y nunca dejamos ir esas cosas, permitiendo que nos embruje y guardando en una bolsa emocional todos esos rechazos para cargarlos a todos lados, esperando que a la menor provocación salgan a la superficie.

Te imaginas que pasaría si dejarás de aferrarte al rechazo y simplemente vivieras lo que sucede, te imaginas que sucedería si te aferrarás con esas mismas fuerzas a ser feliz y a olvidar aquello que solo te hace daño, ¿lo imaginas?

Ya sea porque una relación termino, porque la persona que te gusta no te hizo caso, porque en un trabajo te dieron las gracias, todas esas veces que te rechazan en un día, en vez de guardarlas como tesoros, deberías dejarlas ir.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com