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No me late prestar cosas

Ni que me presten obvio, no es que sea la persona más egoísta, horrible y abusiva del mundo. Puede que lo sea, pero no es por cuestión de que pida prestadas cosas a los demás y nunca les preste las mías. Porqué hay todo un razonamiento muy lógico y con fuertes fundamentos por el cual no presto cosas, que se convirtió en casi, casi, en una doctrina que imparto a todos mis amigos cuyo fundamente básico es:

¡No me da la gana prestar mis cosas!, no, no me late prestar cosas

No, no es cierto, es broma, pero me pareció muy gracioso decirlo.

En realidad es algo más complicado pero simple. El hecho de prestar las cosas implica confianza en los demás y sobre todo desapego de tus posesiones, ok, dame un minuto para explicar el punto ya que lo que digo sigue sonando egoísta y ahora se agregan problemas de confianza.

El prestar una cosa por más simple que esta sea, como un cuaderno, pluma, libro, CD o lo que sea existe una fuerte probabilidad de que te sea regresado con un desperfecto o probablemente no se te regrese, desafortunadamente así pasa y uno aprende desde chamaco que si quieres que tus cosas estén en un perfecto estado, tienes que cuidarlas tú mismo, porque nadie más lo hará por ti, porqué los demás no valorarán el esfuerzo que tu invertiste para conseguir ese algo.
Y muchas veces cuando tienes algo, deja tu que bien cuidado, cuando tú tienes algo que te costó tu trabajo conseguirlo, lo prestas y te lo devuelven rayado o maltratado en el mejor de los casos, porque luego ni devuelven las cosas, terminas con una sensación de que una vena de la cabeza te va a estallar y que eres muy imbécil.

Entre más confianza tengas con el amigo, es más probable que no te devuelva el objeto en cuestión, y seguramente para que lo recuperes pasarán muchos años y un día estarás en su casa menseando mientras esta en el baño, mientras tu esperas inocentemente en su cuarto o su sala cuando por azares del destino posas la mirada en el librero en donde está el CD de Hanson que tanto te gustaba en la secundaria, lleno de polvo y una lagrima se te escapa de los ojos mientras que con las manos temblorosas lo abres para ver si todavía está adentro el CD, SÍ, ahí está y no esta tan rayado como pensabas y obvio mientras recuperas tu pertenencia piensas que debes vengarte, y cuando sale tu amigo o amiga pides prestado su CD de Foster para nunca más regresárselo.

Las cosas no se prestan, PUNTO, tú tienes lo que mereces y por lo que trabajas, si deseas algo más o lo necesitas en vez de pedirlo prestado, busca la manera de conseguirlo. Y si ya todos sabemos que hay cosas que ni de chiste se piden como calzones, novios, pues extendamos eso a todo lo demás.

PD: NO PRESTO MIS COSAS, pero tampoco pido prestado.

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