Qué necesidad tengo de que me traten mal
Para mi será, hoy y siempre, un gran enigma la debilidad natural y muy humana que tenemos todas las personas; esa preferencia masoquista que nos inclina deliberadamente hacía las personas que nos tratan mal, y no solo eso, también nos exponemos de forma voluntaria y ansiosa frente a situaciones en las que nos tratarán mal como resultado final y lógico de esa experiencia.
Ese, para mí es un enigma muy curioso e interesante, y no solo me pasa a mí, también te pasa a ti, a tus amigos, familiares, en fin, todos los que somos “humanos”, en un sentido literal y metafórico tenemos esa predisposición; tal vez, sea un malfuncionamiento humano, o tal vez un aprendizaje colectivo que se fijó en nuestro ADN, y simplemente:
A veces preferimos que nos maltraten y nos traten mal
Bien, para que me entiendas, voy a retomar al personaje de Elliot Richards, de la cinta Al diablo con el diablo (Bedazzled), si viste esta cinta de los noventas, seguro recordarás a Elliot como un personaje extraño, e indeseable, que, por su insistencia de caer bien, ser agradable y tener amigos, por esa misma característica todos lo evitaban, lo trataban mal y eran bastante groseros, cuando Elliot lo único que quería era tener amigos, pero el resultado final era opuesto.
Se podría pensar o concluir con la historia de Elliot, que era masoquista y el buscaba situaciones en las que naturalmente iba a ser rechazado y tratado con desprecio; digo, finalmente si alguien no te quiere, no le caes bien o lo que sea, la reacción más natural sería evitar a esa persona, sin embargo, todos terminamos intentando caer bien, cuando ya lo dice el viejo dicho, a la fuerza ni los zapatos entran.
Pero ahí estamos, forzando entrar en la vida de los demás, forzando su participación e intentando que nos hagan caso, cuando la otra persona, por mil razones más, no quiere y entonces ahora:
- Nos dejan en visto, ignorando nuestros comentarios
- Burlándose de nosotros, en vivo o en versión digital
- Haciendo comentarios de nosotros
- Criticándonos
Lo interesante es, ¿por qué nos exponemos a esto?, acaso la respuesta es y será, que nos gusta que nos traten mal, porque nos hace sentir vivos, tal vez esa sea la clave.
Pero esto va más allá de intentar ser amigos, de aquellos quienes no quieren ser nuestros amigos y el otro día, un amigo estaba medio desesperado y frustrado, por un problema que surgió por culpa de Netflix, un problema largo, que se soluciona fácil, mi amigo comprando su suscripción mensual; pero a veces supongo, preferimos que nos maltraten y le ponemos precio a nuestro estabilidad mental, paz interior y orgullo y preferimos que nos presten algo y nos mangoneen, antes que finalmente pagar el precio de la suscripción.
Tal vez no haya enigma y simplemente nos gusta que nos maltraten, tanto, que preferimos ser vulnerables y exponernos a este tipo de problemas, antes que pagar, hacer algo o dejar de buscar amigos.
Creo que la moraleja de esta historia, es que a veces, es mejor dejar de insistir, y siempre que puedas pagar una suscripción Netflix, Spotify, o lo que sea, siempre es mejor pagar antes que ponerte vulnerable para que otra persona te maltrate.