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Meterse en la vida de los demás

Meterse o no meterse, esa es la cuestión.

Y es que la línea entre preocuparse por los demás para evitarles errores y dolores de cabeza, es muy delgada, sobre todo en los límites entre preocuparte, pecar de prejuicioso y por supuesto ser un metido y chismoso, si igualito que tu vecina la metiche o tu tía la chismosa.

Pero, como puedes ver a amigos, familiares y seres queridos ir directo al matadero y no decir nada, ya ni siquiera hablo de hacer algo, para interrumpir con el ritmo de las cosas, sino simplemente decir a esas personas tu opinión lo más objetiva posible, si es que se puede, para hacerles ver el panorama del camino que han decidido tomar.
Ya sabes, por aquello de que la información te da una mejor toma de decisiones.
O acaso es mejor ser indiferente para no entrometerte en la vida de los demás sin importar las consecuencias, y que ellos aprendan de sus errores.

Porque es un hecho, sin importar los resultados, buenos o malos, es un hecho y parte natural de ser, un ser humano, que nadie aprende en cabeza ajena, así que sin importar tus consejos, advertencias u opiniones que nadie te pidió, comentarlas no hará que esa persona aprenda o tome precauciones.

Así que el meterte en asuntos que no son de tu incumbencia nunca es bien visto y siempre se toma a mal y la reacción de la persona en cuestión es molesta, a veces violenta.

Entonces ¿acaso vale la pena entonces dar ese punto de vista?, ese que nadie te pidió, después de todo, son cosas que no te afectan, pues qué más da, deja el mundo arder y que las personas tomen su propio camino.

Finalmente, no es tu problema, y te evitará muchos problemas no meterte en la vida de los demás, así qué tal vez la decisión más inteligente, sea ser indiferente.

Ese es el dilema, meterse en la vida de los demás cuando tu buen juicio y sentido común te dicen que no y la experiencia lo ratifica; pero a veces hay cosas o personas que te hacen olvidar esa indiferencia para decir algo.

Creo que las reglas para entrometerse son así:

Meterse en la vida de los demás está bien cuando:

Meterse en la vida de los demás está mal cuando:

En fin, creo que la moraleja es difícil de comprender y a veces no puedes interrumpir el curso de las cosas ni los desastres y solo puedes ser un observador, meterse o no meterse, opinar o no opinar, dejar que las cosas pasen, ser indiferente o pecar de invasión y decir lo que piensas en plan justiciero del mundo, sobre lo que está mal o bien.

Supongo que cada quien decidirá si vale la pena hacer una intervención con ese ser querido en particular para decirle lo que piensas; porque supongo que al final para eso están los amigos, para ser invasivos, chismosos, metiches y sin límites solo porque te preocupa evitarle dolor y penas a esa persona.

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